7º Encuentro
(Comunidad)
Objetivo:
Mostrar cómo sólo en la comunidad de fe podemos crecer y perseverar en la vida del Espíritu y de esta manera descubrir que para responder al amor de Dios contamos con una familia en la fe, que es la Iglesia.
Saludo y bienvenida
El Misionero hace un recuento de cada uno de los temas vistos hasta ahora, teniendo cuidado en la manera de unirlos unos con otros. Luego invita a saludarse entre ellos y a comentar por parejas algo significativo que les haya sucedido durante el tiempo transcurrido desde el primer encuentro.
1. Experiencia de vida
El Misionero llevará a la catequesis la rama de un árbol o de una planta que halla cortado varias horas antes, la presenta al grupo y sobre ella establecerá los siguientes interrogantes:
¿Qué tenemos aquí?
¿Esta rama tiene vida?
¿En que se manifiesta que ha perdido la vida o que la está perdiendo?
¿Aquí donde está nos podrá dar fruto?
¿Qué necesita para dar fruto?
¿A quién debe estar unida para que tenga vida y para que pueda dar fruto?
Recoger las experiencias de todos los asistentes y direccionarla hacia el objetivo del tema.
2. Iluminación bíblica
Escuchemos cómo vivían los primeros cristianos:
El Misionero leerá en voz alta el texto de Juan 15, 1-8 mientras lo siguen en sus biblias, luego lo leerá cada uno y volverán posteriormente a escuchar en la voz e otro lector con pausas entre versículo y versículo que favorezcan la comprensión y meditación del texto. Luego realizar el estudio de evangelio.
Estudio de evangelio
El Misionero unirá ahora los dos primeros momentos (experiencia de vida e iluminación bíblica) con las siguientes preguntas:
¿Qué relación encuentras entre la rama de la experiencia inicial con el texto Bíblico?
¿De qué manera podrías relacionar ambas experiencias con el tema de la comunidad?
¿Crees que una persona puede vivir su fe sin la relación clara y estrecha de una comunidad?
¿Encuentras una relación estrecha entre Cristo que es la Vid (tallo donde debemos estar unidos) y la comunidad de fe?
¿Podremos dar frutos verdaderos sin estar unidos a la comunidad?
¿Dónde podemos verdaderamente vivir nuestra fe?
3. Mensaje
Cristo nos hace una comparación en este texto bastante importante para nuestra vida de fe. Toma como referencia una planta de uvas que está compuesta por: La Vid (que es el tallo grueso de la planta) y los Sarmiento (que son las ramas de donde están unidas las uvas y estos sarmientos van unidos a la vid).
La relación que presenta aquí el Señor es la de los Sarmientos que para que puedan dar fruto deben estar unidos al tallo, es decir a la Vid, solo de esa manera podrán mantenerse con vida y dar más vida; si así es, el Padre Dios las tomará y las limpiará para que puedan dar más fruto, de lo contrario simplemente las arrancará y las tirará fuera.
La vida en la comunidad nos ayuda a vivir verdaderamente el amor de Dios, pues no podemos decir que amamos a Dios a quien no vemos si no amamos al hermano a quien si estamos viendo; de esa manera la comunidad no es una estructura, sino un ambiente de fe, donde se hace efectiva y palpable la salvación de Jesús.
La vida de en comunidad nos proporciona:
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El encuentro en la Oración (Mt 18, 19-20).
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Alimentarnos todos juntos para crecer (Mt. 4,4).
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Ser enviados unidos a evangelizar (Mt. 10,1).
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Crecer en los dones y carismas que tienen sentido si se ponen al servicio de la comunidad (1Cor 12, 12-21).
4. Compromiso
El Misionero generará un buen ambiente en el que luego de compartir las preguntas queden claros los compromisos que este tema deja para cada uno.
¿Realmente te sientes parte de una comunidad?
¿Qué crees que sea necesario para formar una comunidad?
¿Eres consciente que solo en la vida de comunidad se puede celebrar la verdadera fe y se puede vivir el evangelio?
¿Estás dispuesto a formarla o a fortalecerla, según sea tu caso?
¿En qué estarías dispuesto a comprometerte para formar una verdadera comunidad?
5. Celebración
Cada uno tomará el texto del Salmo 66 y lo leerá mentalmente, luego alguien de los asistentes leerá en voz alta el texto que será seguido por cada uno que irá subrayando aquellas frases que más le llaman la atención.
Salmo 66.
El Señor tenga piedad y nos bendiga.
Al terminar, se puede hacer una oración espontánea por la comunidad a la que se pertenece.
Pueden concluir con la canción: A edificar la Iglesia
A Edificar la Iglesia a edificar la Iglesia,
a edificar la Iglesia del Señor.
Hermano, ven ayúdame.
Hermana, ven ayúdame.
A edificar la Iglesia del Señor
Los niños son la Iglesia,
Los grandes son la Iglesia,
Somos la Iglesia del Señor Hermano,
Ven ayúdame Hermana, ven ayúdame.
A edificar la Iglesia del Señor
Yo soy la iglesia, tú eres la Iglesia
Somos la Iglesia del Señor,
Hermano, ven ayúdame Hermana, ven ayúdame.
A edificar la Iglesia del Señor
Los ricos, los pobres…
Los blancos, los negros…
6. Para la casa
En casa se volverá sobre el texto de Juan 15, 1-8 y hacerlo oración.
Kerigma 7, Misión