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SUBSIDIO DIOCESANO PARA CONFIRMACIÓN

UNCIÓN CON EL CRISMA

 

El Sr. Obispo  instruye a los confirmandos y padrinos sobre las respuestas correspondientes.  Luego se procede a la unción.  El  Sr. Obispo  moja el pulgar derecho en el crisma y traza el signo de la cruz en la frente del confirmando, mientras dice:

 

N. RECIBE POR ESTA SEÑAL + EL DON DEL ESPÍRITU SANTO.

 

El confirmado y el padrino responden: Amén

Sr. Obispo: La paz sea contigo.

El confirmado y el padrino responden: Y con tu espíritu.

 

PLEGARIA UNIVERSAL

Oremos, hermanos, e invoquemos a Cristo, que, entronizado a la diestra de Dios, ha recibido del Padre el Espíritu Santo prometido, y pidámosle que lo derrame sobre la Iglesia y sobre todo el mundo diciendo:

Señor Jesús, escúchanos.

  • Oremos a Cristo, el buen pastor de la Iglesia, que nos mereció la efusión del Espíritu Santo, y pidámosle que sean iluminados por este mismo Espíritu el Papa N., nuestro obispo N., y todos los demás pastores de la Iglesia, a fin de conduzcan a su rebaño por las sendas de la salvación.

  • Pidamos también al Señor resucitado, que envió su Espíritu en forma de lenguas para destruir la división de Babel, que congregue en la unidad y conceda la paz a todos los pueblos y naciones del mundo.

  • Supliquemos al vencedor de la muerte que envíe el Consolador a los que sufren, para que encuentren fuerza y consuelo en la contemplación del misterio pascual, y les dé la firme esperanza de que están llamados a la resurrección y a la felicidad de su reino.

  • Pidamos al Hijo de Dios, que desde el Padre nos ha enviado el Espíritu Santo, que este mismo Espíritu nos recuerde constantemente sus palabras y nos dé la fuerza que necesitamos para dar testimonio de Él hasta los confines del mundo.

  • Terminemos nuestra oración pidiendo al mismo Espíritu que resucitó a Cristo de entre los muertos, que permanezca en nosotros y nos disponga así para ser piedras vivas del templo eterno de Dios.

 

Escucha, Señor, las oraciones de tu pueblo y haz que quienes nos disponemos a renovarnos por tu Espíritu, vivamos continuamente la novedad pascual y lleguemos también a las fiestas de la Pascua eterna por el alimento de la vida eterna. Por Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina, inmortal y glorioso, por los siglos de los siglos.

 

MI CONFIRMACIÓN

 

RECIBAN EL ESPÍRITU SANTO

El sacramento de la confirmación es un nuevo Pentecostés. El primer

Pentecostés cristiano marca un nuevo rumbo. Jesús ya no cifrará la

relación con Dios en el cumplimiento de leyes morales. Éstas son útiles,

pero no más importantes que el encuentro personal y decisivo con Dios,

que se vive desde la fe en Jesucristo. La fuerza dinamizadora del Espíritu

renueva y vivifica el interior de las personas; las hace partícipes de la

victoria del resucitado, fuente de perdón y reconciliación. Quien haya experimentado la contundencia de ese dinamismo, tendrá razones suficientes para clamar: ¡envía Señor tu Espíritu!

 

LITURGIA DE LA PALABRA

 

Del libro del profeta Joel: 3, 1-5

         Esto dice el Señor Dios: "Derramaré mi espíritu sobre todos; profetizarán sus hijos y sus hijas, sus ancianos soñarán sueños y sus jóvenes verán visiones. También sobre mis siervos y mis siervas derramaré mi espíritu en aquellos días.

         Haré prodigios en el cielo y en la tierra: sangre, fuego, columnas de humo. El sol se oscurecerá, la luna se pondrá color de sangre, antes de que llegue el día grande y terrible del Señor. Cuando invoquen el nombre del Señor se salvarán, porque en el monte Sión y en Jerusalén quedará un grupo, como lo ha prometido el Señor a los sobrevivientes que ha elegido.

     Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

 

Del salmo 103R/. Envía, Señor, tu Espíritu, a renovar la tierra.

Bendice al Señor, alma mía; Señor y Dios mío, inmensa es tu grandeza. Te vistes de belleza y majestad, la luz te envuelve como un manto. R/.

¡Qué numerosas son tus obras, Señor, y todas las hiciste con maestría! La tierra está llena de tus creaturas. Bendice al Señor, alma mía. R/.

Todos los vivientes aguardan que les des de comer a su tiempo; les das el alimento y lo recogen, abres tu mano y se sacian de bienes. R/.

Si retiras tu aliento, toda creatura muere y vuelve al polvo. Pero envías tu espíritu, que da vida, y renuevas el aspecto de la tierra. R/.

 

De la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 8, 22-27

            Hermanos: Sabemos que la creación entera gime hasta el presente y sufre dolores de parto; y no sólo ella, sino también nosotros, los que poseemos las primicias del Espíritu, gemimos interiormente, anhelando que se realice plenamente nuestra condición de hijos de Dios, la redención de nuestro cuerpo.

            Porque ya es nuestra la salvación, pero su plenitud es todavía objeto de esperanza. Esperar lo que ya se posee no es tener esperanza, porque, ¿cómo se puede esperar lo que ya se posee? En cambio, si esperamos algo que todavía no poseemos, tenemos que esperarlo con paciencia.

            El Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad, porque nosotros no sabemos pedir lo que nos conviene; pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Y Dios, que conoce profundamente los corazones, sabe lo que el Espíritu quiere decir, porque el Espíritu ruega conforme a la voluntad de Dios, por los que le pertenecen.                                       Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

 

ACLAMACIÓN R/. Aleluya, aleluya.

Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. R/.

 

Del santo Evangelio según san Juan: 7, 37-39

El último día de la fiesta, que era el más solemne, exclamó Jesús en voz alta: "El que tenga sed, que venga a mí; y beba, aquel que cree en mí. Como dice la Escritura: Del corazón del que cree en mí brotarán ríos de agua viva".

Al decir esto, se refería al Espíritu Santo que habían de recibir los que creyeran en él, pues aún no había venido el Espíritu, porque Jesús no había sido glorificado. 

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

LITURGIA DEL SACRAMENTO

 

Presentación de los Candidatos

Cuando los candidatos son numerosos se les llama de la siguiente manera:

Rector: Los que van a ser confirmados, pónganse en pie.

Rector: Sr. Obispo, Mons. Guillermo Francisco Escobar Galicia: Estos bautizados que viven en nuestra parroquia de N. piden por mi medio ser admitidos al sacramento de la Confirmación.

 

Sr. Obispo: ¿Sabes si fueron preparados convenientemente para recibir con fe y decisión este sacramento?

Rector: Me consta que todos han recibido la adecuada catequesis, se han preparado con la oración y la caridad y están decididos a renovar sus compromisos bautismales para ser fieles testigos de Cristo.

 

Sr. Obispo: En el nombre del Señor admito a este grupo de niños y de jóvenes para recibir este sacramento admirable que los confirma en la vida del Espíritu que recibieron en el Bautismo

Todos: Demos gracias a Dios.

 

RENUNCIAS Y PROFESIÓN DE FE

 

En este momento se encienden todos los cirios de los que van a ser confirmados. Una vez encendidos, el Delegado interroga a los candidatos de la siguiente manera:

 

Sr. Obispo: ¿Renuncian ustedes al pecado para vivir en la libertad de los hijos de Dios?

Padres, padrinos y catecúmenos: Sí, renuncio.

Sr. Obispo: ¿Renuncian a todas las seducciones del mal, para que el pecado no los esclavice?

 

Padres, padrinos y catecúmenos: Sí, renuncio.

Sr. Obispo: ¿Renuncian a Satanás, fuente y autor del pecado?

 

Padres, padrinos y catecúmenos: Sí, renuncio.

 

PROFESIÓN DE FE

Sr. Obispo: ¿Creen ustedes en Dios Padre, todopoderoso, creador del cielo y de la tierra?

Padres, padrinos y catecúmenos: Sí, creo.

Sr. Obispo: ¿Creen en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que nació de Santa María Virgen, murió, fue sepultado, resucitó de entre los muertos y está sentado a la derecha del Padre?

Padres, padrinos y catecúmenos: Sí, creo.

Sr. Obispo: ¿Creen en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que hoy por el sacramento de la Confirmación, les será dado de manera excelente, como a los apóstoles en el día de Pentecostés?

Padres, padrinos y catecúmenos: Sí, creo.

Sr. Obispo: ¿Creen en la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de los muertos y la vida eterna?

Padres, padrinos y catecúmenos: Sí, creo.

Aclamación: Esta es nuestra fe. La fe de la Iglesia de Cristo, que es Una, Santa, Católica y Apostólica, A la que nos gloriamos de pertenecer en Cristo Jesús, nuestro Señor. Amén.

 

IMPOSICIÓN DE LAS MANOS

 

El Sr. Obispo de pie, con las manos juntas, dice:

Hermanos amadísimos, oremos a Dios Padre todopoderoso, y pidámosle que derrame abundantemente  al Espíritu Santo sobre estos hijos adoptivos, que han renacido a la vida eterna por el Bautismo; el mismo Espíritu Santo los confirme con la abundancia de sus dones,  y confortados con esta unción, los perfeccione en la configuración con Cristo.

 

Todos oran en silencio unos momentos.  Luego el Sr. Obispo; y el sacerdote que lo acompaña, imponen las manos sobre los confirmandos mientras dice él solo:

 

Dios todopoderoso, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que has dado nueva vida del agua y del Espíritu Santo a estos hijos tuyos, librándolos del pecado. Envía ahora sobre ellos  el Espíritu Santo Paráclito; concédeles espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y fortaleza, espíritu de ciencia y de piedad y cólmalos del espíritu de tu temor. Por Cristo nuestro Señor. R. Amén

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