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CELEBRACIÓN DEL MIERCOLES DE CENIZA

PARA NIÑOS DE CATECISMO

ELABORADO POR

JANETTE LOPEZ LOPEZ

SECRETARIA EJECUTIVA DEL DIDINEC

MARZO DEL 2017

CANTO DE ENTRADA

 

OH PECADOR

Oh pecador, dónde vas errante, (3)

A dónde irás.

En tu ambición el amor se esconde, (3)

A dónde irás.

Busca la paz, el mal te está acechando, (3)

A dónde irás.

INTRODUCCIÓN

 

Hola amigos y amigas, bienvenidos a nuestra celebración: Hoy empezamos un nuevo tiempo que se llama Cuaresma que dura 40 días. Es un tiempo que llega hasta la Semana Santa y en el que intentaremos vivir varias cosas. En el lema de esta Cuaresma 2017 es: “EL OTRO ES UN DON PARA MI” y nos propone:

SENTIR: ¿Y qué es eso de sentir? Algo para lo que hay que estar entrenado toda la vida cuando sabes

amar a tu prójimo o el que está más cercano a ti. Puede ser mamá, papá, el hermano,

el abuelo, el compañero o bien el vecino.

VER: Más allá de lo que ven nuestros ojos, ver con los ojos del corazón, conmovernos de una        

manera especial con quien tenemos a nuestro alrededor, para no dejarle solo y así se sienta

acompañado en su camino, como una persona que siente el abrazo de un amigo. También

la Cuaresma es un momento para conocer el mensaje de Jesús, así como también a nosotros

mismos, porque siguiendo el camino que Jesús nos propone, nosotros seremos más felices y

así podremos hacer más felices a los demás. Hoy, miércoles de Ceniza nos reunimos para

celebrar todos juntos el comienzo de estos 40 días mediante el símbolo de la ceniza.

                                          

ACTO PENITENCIAL

Catequista: Se ponen de pie para iniciar nuestra celebración.

El que preside: Nuestro auxilio es el nombre del Señor.

Todos: Que hizo el cielo y la tierra.

El que preside: Vamos a comenzar esta celebración pidiendo perdón por aquellas cosas que no hacemos todo lo bien que deberíamos. Repetimos “SEÑOR PERDÓNANOS

  • Porque nos hemos portado mal en casa y hemos desobedecido a los mayores. Señor perdónanos.

  • Porque hemos peleado entre nosotros y nos hemos hecho daño. Señor perdónanos.

  • Porque hemos sido perezosos a la hora de estudiar o de ayudar a los demás. Señor perdónanos.

  • Porque a veces no decimos la verdad temiendo quedar mal. Señor perdónanos

 

El que preside: Ahora escuchemos la palabra de Dios y en especial el Evangelio. Entonemos ahora el canto de Honor y gloria a ti, Señor Jesus.

EVANGELIO:

Parábola del Buen Samaritano (Lc 10, 25 – 37)

En esto se presentó un experto en la ley y, para poner a prueba a Jesús, le hizo esta

pregunta: —Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?                                                      

Jesús replicó: — ¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo la interpretas tú? Como respuesta

el hombre citó: —“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser, con

todas tus fuerzas y con toda tu mente”, y: “Ama a tu prójimo como a ti mismo.”

—Bien contestado —le dijo Jesús—. Haz eso y vivirás.

Pero él quería justificarse, así que le preguntó a Jesús: — ¿Y quién es mi prójimo?

Jesús respondió: —Bajaba un hombre de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de unos

ladrones. Le quitaron la ropa, lo golpearon y se fueron, dejándolo medio muerto.

Resulta que viajaba por el mismo camino un sacerdote quien, al verlo, se desvió y siguió de largo. Así también llegó a aquel lugar un levita, y al verlo, se desvió y siguió de largo. Pero un samaritano que iba de viaje llegó a donde estaba el hombre y, viéndolo, se compadeció de él. Se acercó, le curó las heridas con vino y aceite, y se las vendó. Luego lo montó sobre su propia cabalgadura, lo llevó a un alojamiento y lo cuidó.

Al día siguiente, sacó dos monedas de plata y se las dio al dueño del alojamiento. “Cuídemelo —le dijo—, y lo que gaste usted de más, se lo pagaré cuando yo vuelva.” ¿Cuál de estos tres piensas que demostró ser el prójimo del que cayó en manos de los ladrones? —El que se compadeció de él —contestó el experto en la ley. —Anda entonces y haz tú lo mismo —concluyó Jesús.

Palabra del Señor. Gloria a Ti Señor, Jesus.

 

REFLEXION:

El que preside: El Evangelio de hoy es la famosa parábola del buen samaritano. Con esta historia se puede actuar de diversas maneras: - Una opción es tomar la del sacerdote y el Levita que ignoraron al hombre que necesitaba ayuda. - Otra opción es la del Samaritano, donde el centro no es él, sino lo que encuentra en su camino y tiene la necesidad de PARAR, de REPARAR, de VER, de SENTIR, de ABRAZAR…

GESTO DE AMOR POR MIO PRÓJIMO:

El que preside: A la entrada han recibido un listón con el símbolo de PAUSA.

Una pausa muy especial, hecha con unas tiritas; tiritas que curan las heridas, que reparan nuestro cuerpo son los curitas o banditas antisépticas. Pero es importante que pensemos que nuestro interior también necesita ser curado, atendido… porque hay veces que vamos demasiado deprisa. Llega el momento de pararnos. De hacer un examen interior que nos permita conocernos un poco mejor a nosotros mismos. ¿Alguna vez has pensado en las cosas que no te dejan crecer, avanzar? ¿Y en esas cosas que te impiden ser como quiere Jesús que seas: generoso, buen compañero, responsable…?

Es el momento de REPARAR todo. Ahora tienes que escribir en la tarjeta de PAUSA tu compromiso personal para esta Cuaresma. Vas a escribir dos cosas en las que quieres mejorar durante este tiempo y después vamos a introducirlo en esta urna esperando que se haga real a lo largo de estos 40 días. (Mientras los niños depositan su tarjeta en la urna se canta “Tomado de la mano con Jesus yo voy”.

Nota: Se debe tener preparada por adelantada una urna hecha de cartón adornada de acuerdo al tiempo litúrgico que vivimos y también unas tarjetitas de cartulina y lápices.

 

PETICIONES

El que preside: Ahora que hemos hecho nuestros propósitos, dirijamos a Dios nuestra oración pidiéndole nos ayude a ser mejores con nuestros prójimos. Digamos con fe. Te rogamos Señor.

  • Porque nos hemos portado mal en casa.

  • Porque hemos peleado entre nosotros.

  • Porque hemos sido perezosos a la hora de estudiar o de ayudar a los demás.

  • Porque a veces no decimos la verdad temiendo quedar mal.

  • Porque a veces dejamos de hacer el bien que podríamos perfectamente hacer.

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