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RITO DEL SÍMBOLO DE LA FE Y LA LUZ

DE LOS QUE SE PREPARAN PARA CELEBRAR EL SACRAMENTO DE LA COMUNIÓN Y CONFIRMACIÓN

RITO DE LA ENTREGA DEL SÍMBOLO Y LA LUZ

 

Acabada la homilía, el que preside dice estas o semejantes palabras:

 

En esta celebración se les entrega con amor el resumen de nuestra fe, la fe de la Iglesia, el tesoro de la fe que se ha mantenido íntegro generación tras generación: Que Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo nos aman y quieren que formemos parte de su familia para siempre. Profesar la fe es confesar el amor que Dios nos tiene y amarlo confiando en Él. Por la fe del corazón llegaran a la justificación. Por la profesión de esta fe llegaran a la salvación.

 

El Credo está inspirado por el Señor e instituido por los apóstoles. Son unas fórmulas breves, pero que contienen grandes misterios que Dios ha revelado. El Espíritu Santo ha ido guiando a la Iglesia para que conozca completamente la Palabra de Dios.

 

Guarden con sencillez de corazón estas enseñanzas, y profesen el Credo siempre. Al recibir el Credo y profesarlo  se les prepara para la confesión de la fe y el anuncio de la Palabra de Dios. La fe que profesamos, resumida en el Símbolo, es la que fundamenta nuestra vida y la que tienen que anunciar a todos.

 

Después de estas palabras el que preside la celebración dice:

 

Acérquense los que van a recibir de la Iglesia el Símbolo de la fe.

 

Los que van a recibir el Credo se acercan al pie del altar. Se encienden los cirios de los que profesaran su fe.

 

Con las manos extendidas el celebrante dice la siguiente oración:

 

Oremos:

Te rogamos, Señor, que concedas a estos

tus siervos que van a recibir el Símbolo de la fe de la Iglesia,

en el que se resume el designio de tu caridad

y los misterios de la vida de Cristo,

que sea una misma la fe que confiesan sus labios y

profesa su corazón,

y así cumplan con las obras de tu voluntad.

Por Jesucristo Nuestro Señor.

Amén.

 

El celebrante entrega a cada uno el Símbolo escrito, cuya presentación ha de ser estéticamente hermosa, a la vez que pronuncia estas palabras:

 

Recibe la fe de la Iglesia que nos gloriamos de profesar en Cristo Jesús, Señor nuestro. Amén.

 

A continuación el celebrante y los que acaban de recibir el símbolo y el resto de los fieles recitan el símbolo:

 

Creo en Dios Padre....

 

Acabada la profesión de fe, el celebrante añade:

 

Queridos niños: aprendan este símbolo de la fe, recítenlo, estúdienlo. Mantengan la enseñanza que han recibido sin adulterarla o rebajarla. Que esta fe, guíe su vida y les ayude a vivir con esperanza y a obrar con caridad. Y que un día ustedes, juntamente con nosotros que les hemos enseñado el Credo, lleguemos a la Casa del Padre, a la Vida Eterna.

 

En las peticiones es conveniente que se les tengan en cuenta y se pida por ellos. A las peticiones oficiales se puede añadir alguna.

Por ejemplo:

  • Te pedimos, Señor, que guardes en la fe verdadera y en el amor auténtico a estos niños, para que, permaneciendo fieles, viva en la libertad de los hijos de Dios y obtengan los premios eternos. Oremos.

 

  • Te pedimos Señor, que ayudes a estos niños a llevar una vida recibiendo el amor que les tienes, abriéndose a tu Palabra y confiando siempre en Ti puedan dar en abundancia frutos de buenas obras. Oremos.

 

Si las hacen los que han recibido el Credo:

 

  • Te pedimos, Señor, que nos guardes en la fe verdadera y en el amor auténtico, para que, permaneciendo fieles, vivamos en la libertad de los hijos de Dios y obtengamos los premios eternos. Oremos.

 

  • Te pedimos Señor, que nos ayudes a llevar una vida santa, para que recibiendo el amor que nos tienes, abriéndonos a tu Palabra y confiando siempre en Ti podamos dar en abundancia frutos de buenas obras. Oremos.

 

Continúa la celebración del modo ordinario

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