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(Después de la homilía dominical se inicia este rito:)

 

SALUDO DEL PRESBITERO:

 

Hoy, como todos los domingos, nos reunimos en torno a la mesa del Señor para escuchar su palabra y compartir su pan de vida. Pero hoy nuestra reunión tiene además un sentido particular:

 

Vamos a dar comienzo al nuevo curso de catequesis de nuestra parroquia, con el envío de aquellas personas que, en nombre de la Iglesia, llevarán a cabo, junto al Sacerdote, la tarea de enseñar.

 

Están aquí también un buen grupo de padres y madres, a los que les preocupa especialmente la formación religiosa de sus hijos. Bienvenidos sean todos, niños, padres y catequistas.

 

 RITO DEL ENVÍO

 

Monición:

Se va a proceder ahora al rito del envío de los catequistas que este año llevarán a cabo la enseñanza de la Catequesis en nuestra Catedral. Es un modo de expresar que no actúan en nombre propio, sino en nombre de la Iglesia.

 

Exhortación:

¡Pónganse en pie los que van a recibir la misión de catequista!

(Los catequistas se ponen en pie, mientras los fieles siguen sentados)

 

 

QUERIDOS HERMANOS:

 

Dios, nuestro Padre, reveló y realizó su designio de salvar al mundo por medio de su Hijo hecho hombre, Jesucristo, quien confió a la Iglesia la misión de anunciar su Evangelio a todos los hombres.

 

Ustedes, catequistas, que no actúan en nombre propio, sino en nombre de la Iglesia que les envía, tienen una misión muy importante que cumplir: ser testigos del mensaje de Jesús.

 

Expondrán y explicarán la Palabra de Dios en la catequesis y, de esta forma, con su esfuerzo y la ayuda del Señor, los pequeños irán madurando en la fe. No olviden en ningún momento que se trata, sobre todo, de llevarlos al encuentro personal con Jesús, que es el protagonista principal. Por eso, cuando expliquen su Evangelio, no olviden escucharlo y madurarlo primero en su corazón, dóciles al Espíritu del Señor.

 

Que su vida sea testimonio de Jesucristo y de su mensaje en el seno de la Iglesia que es siempre el punto de referencia de la catequesis que realizaran porque toda ella tiende a edificarla como «pueblo de Dios, cuerpo de Cristo y comunión en el mismo Espíritu».

 

PROFESIÓN DE FE Y COMPROMISO:

(Los catequistas encienden las velas)

 

Antes de recibir la misión, es necesario que profesen públicamente su fe; que expresen ante la Iglesia reunida su disponibilidad a la tarea que se les encomienda y la aceptación del compromiso que asumen.

 

¿Creen en Dios, Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra?

Catequistas: Sí, creo.

 

¿Creen en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que nació de Santa María Virgen, proclamó con obras admirables el Evangelio de Dios, murió, fue sepultado, resucitó de entre los muertos y está sentado a la derecha del Padre?

Catequistas: Sí, creo.

 

¿Creen en el Espíritu Santo, en la santa Iglesia católica, en la comunión de los santos, en el perdón de los pecados, en la resurrección de los muertos y en la vida eterna?

Catequistas: Sí, creo.

 

¿Están dispuestas a realizar su tarea viviendo la fe con sinceridad de corazón y proclamándola de palabra y de obra, según el Evangelio y la Tradición de la Iglesia?

Catequistas: Sí, estoy dispuesto/a

 

¿Se preocupan de su mejor formación y preparación y acudirán con insistencia a las reuniones organizadas para ello en la Catedral y en la Diócesis?

Catequistas: Sí, lo haré.

 

¿Prometen, con la ayuda del Espíritu Santo, perseverar en la tarea a pesar de las dificultades, realizarla con diligencia según vuestra capacidad y buscar en todo el bien de la Iglesia y de aquellos que se les encomiendan?

Catequistas: Sí, lo prometo.

 

(Los catequistas se arrodillan ahora, mientras todos los demás fieles se ponen en pie)

 

 

BENDICIÓN DE LOS CATEQUISTAS:

 

Todos somos testigos de las disposiciones de estos catequistas que se ofrecen a servir a la comunidad a través de la catequesis.

 

Pero, aunque el Espíritu está pronto, la carne es débil. Oremos, pues, al Señor que derrame su luz sobre ellos.

 

Yo, como su Pastor, les envío en nombre del Señor para que, como catequistas, conduzcan a los niños, a los adolescentes, y a los jóvenes por Jesucristo, en el Espíritu, a Dios nuestro Padre, que vive y reina por los siglos…

 

RECIBIMIENTO DE LA PALABRA DE DIOS:

 

Ustedes que la han meditado, llévenla en sus manos, en sus labios y en su corazón, para que aquellos a quienes son enviados puedan, al contemplar sus vidas, leer en ella el mensaje del Evangelio de Jesús.

 

(A continuación, los catequistas van besando el libro del Evangelio y se retiran a sus sitios. Mientras, la asamblea acompaña con un canto apropiado)

 

ENVÍO Y DESPEDIDA

 

Obedientes al mandato de Cristo y confiados en la gracia del Espíritu, vayan y anuncien el Evangelio a sus hermanos en nombre de la Iglesia.

 

¡Pueden ir a cumplir su enorme tarea con Jesús; el Señor!

 

 

ORACIÓN UNIVERSAL DE LOS FIELES

 

Oremos, hermanos, a Dios por las necesidades de la Iglesia y del mundo, por nosotros y, de modo especial, por quienes se dedican a la tarea de evangelizar.

 

  • Para que los catequistas, en comunión con el Papa, el Obispo y los sacerdotes, sean auténticos portavoces de la Iglesia, de cuya experiencia de fe les viene su certeza, ROGUEMOS AL SEÑOR.

 

  • Para que los catequistas, que actúan en nombre de la Iglesia, se vean apoyados por la estima, la colaboración y la oración de toda la comunidad, ROGUEMOS AL SEÑOR.

 

  • Para que los catequistas sean fieles servidores del Evangelio y sepan transmitirlo intacto y vivo, de un modo comprensible y persuasivo, ROGUEMOS AL SEÑOR.

 

  • Para que los catequistas den testimonio de la Palabra con la santidad de su vida, en la oración, la meditación y la participación frecuente en los sacramentos, ROGUEMOS AL SEÑOR.

 

  • Para que los catequistas se entreguen sin reservas a su ministerio, con amor, dedicación y alegría cada vez mayores, ROGUEMOS AL SEÑOR

 

  • Para que nuestra comunidad, con el testimonio de su vida y con la oración, secunde el servicio a la Palabra de los catequistas, ROGUEMOS AL SEÑOR.

 

  • Para que los padres, a cuyo servicio actúan los catequistas en la formación cristiana de sus hijos, no renuncien a su misión de ser los «primeros anunciadores de la fe», ROGUEMOS AL SEÑOR.

 

  • Para que cuantos escuchan la Palabra de Dios experimenten el gozo de conocer a Dios y ser conocidos por El, de contemplarlo y abandonarse en El, ROGUEMOS AL SEÑOR.

 

Oremos:

¡Oh Dios, fuente de luz y de bondad, que enviaste a tu Hijo único, Palabra de vida, a revelar a los hombres el misterio de tu amor! Bendice a estos hermanos nuestros, elegidos para el ministerio de catequistas. Ayúdales a meditar asiduamente tu Palabra, para que se dejen penetrar por su enseñanza y la anuncien fielmente a sus hermanos. Por Jesucristo nuestro Señor.

 

PRESENTACIÓN DE LOS SÍMBOLOS (OFERTORIO)

 

Catequista 1: Ahora vamos a presentar los signos que simbolizan nuestro ser y quehacer de catequistas.

 

Catequista 2: Presentamos la PALABRA DE DIOS que va a ser guía, luz, camino, fuerza y alimento de nosotros los catequistas.

 

Catequistas: Abre, Señor, nuestro entendimiento y dispón nuestro corazón para que comprendamos, acojamos y vivamos tu Palabra.

 

Catequista 3: Presentamos esta VELA ENCENDIDA porque Jesús nos manda ser luz por el testimonio de vida cristiana, de caridad y unidad, sólo así se nos reconocerá como discípulos de Cristo.

 

Catequistas: Alumbren así nuestras obras en medio de la comunidad.

 

Catequista 4: Presentamos la SAL, ella condimenta y da sabor. Nosotros catequistas debemos dar este sabor a la catequesis.

 

Catequistas: Somos la sal de la tierra. Nos toca dar sabor de Evangelio, a la vida, a la catequesis y a toda circunstancia donde nos encontremos.

 

Catequista 5: Presentamos estas SEMILLAS, las semillas representan a la Palabra de Dios que debemos sembrar en el corazón de los niños y jóvenes.

 

Catequistas: Aquí estamos, Señor. Cuenta con nosotros para construir tu Reino y danos la gracia de sembrar la semilla de tu Palabra en los catequizandos, tus hijos, y nuestros hermanos.

 

Catequista 6: Presentamos el PAN y el VINO, que en la celebración de la Eucaristía se van a convertir cada domingo en el Cuerpo y la Sangre del Señor.

 

Catequistas: Señor, aliméntanos con tu Cuerpo y con tu Sangre y ayúdanos a llevar a los niños y a los jóvenes cada Domingo al encuentro contigo en la Eucaristía, Pan de Vida eterna.

 

 

Monición de Despedida

 

(Después de la Comunión, antes de la Oración el coordinador del centro dice:)

 

Hermanos: En nombre de Jesús, somos enviados para enseñar a los niños, jóvenes, adultos y catecúmenos; el mensaje del Evangelio.

 

Queridos Padres y Madres: Sabemos que sin su colaboración no podemos hacer casi nada; por eso, en nombre de todos los catequistas les pido que recen por nosotros y que nos ayuden en cuanto puedan a fin de que nuestros hijos se preparen lo mejor posible y conozcan a Jesús y su Evangelio.

Rito del envió de

Catequistas

Diocesis de Teotihuacan

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