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INICIACIÓN NIÑOS:

SEGUNDO ESCRUTINIO O RITO PENITENCIAL

RITUAL DE LA INICIACIÓN CRISTIANA DE LOS NIÑOS EN EDAD CATEQUÉTICA.

SEGUNDO GRADO

Rito de entrada

 

334. El celebrante, después de recibir a la asamblea, explica en pocas palabras la significación del rito según la condición de cada uno, a saber, para los niños catecúmenos, para los ya bautizados, especialmente para los que en este día se acercan por primera vez al sacramento de la Penitencia, para los padres y amigos, catequistas, sacerdotes. etc. Porque todos oirán el feliz anuncio del perdón de los pecados y alabarán la misericordia de Dios Padre.
Se puede elegir algún canto a propósito para significar la fe y el gozo por la misericordia de Dios Padre.


335. El celebrante concluye con esta oración:

 

Oremos.
Dios clemente y misericordioso,
que revelas tu bondad perdonando
y te llenas de gloria al santificarnos,
dígnate lavarnos de nuestras manchas
a los que reconocemos nuestros pecados,
y restablece la vida en nuestros corazones.
Por Jesucristo nuestro Señor.
R. Amén.
O bien:
Oremos.
Concédenos, Señor,
los dones del perdón y de la paz,
para que, lavados de nuestros pecados
te sirvamos con corazón sosegado.
Por Jesucristo nuestro Señor.
R. Amén.

Lecturas y homilía

Después de la lectura el celebrante explica los textos sagrados con una breve homilía.

 

Lectura del  profeta Ezequiel 36:24-28

Los sacaré de las naciones, los reuniré de entre los pueblos y los traeré de vuelta a su tierra. Los rociaré con un agua pura y quedarán purificados; los purificaré de todas sus impurezas y de todos sus inmundos ídolos.  Les daré un corazón nuevo y pondré dentro de ustedes un espíritu nuevo. Quitaré de su carne ese corazón de piedra y les daré un corazón de carne.  Pondré dentro de ustedes mi Espíritu y haré que caminen según mis mandamientos, que observen mis leyes y que las pongan en práctica. Vivirán en el país que di a sus padres, ustedes serán mi pueblo y yo seré su Dios. 

Palabra de Dios. Te alabamos Señor.

Súplicas
337. Durante la homilía, o después de ella, el celebrante propone a todos los reunidos algunos razonamientos y motivaciones, con algunos momentos de silencio intercalados, para que se preparen a la penitencia y a la renovación de la mente.

Pero si entre los presentes se encuentran niños ya bautizados y pertenecientes al grupo catequístico, el celebrante también se dirige a ellos, invitándoles para que externamente manifiesten su fe en Cristo Salvador, y el dolor Por sus propios pecados.


338. Después de algún tiempo de silencio, que aprovechan todos para prepararse a la contrición del corazón, el celebrante invita a la asamblea a la oración:

 

Oremos por N. y N., que se preparan a los sacramentos de la iniciación cristiana; por N. y N., que recibirán por primera vez el perdón de Dios en el sacramento de la Penitencia; y por nosotros que aguardamos la misericordia de Cristo.


Lector:
Para que ante Jesús, el Señor, podamos mostrar nuestros sentimientos de gratitud y de fe, roguemos al Señor.

R. Escúchanos, Señor.


- Para que traigamos a la memoria con sinceridad nuestras ligerezas y pecados, roguemos al Señor.

R. Escúchanos, Señor.


- Para que con la sencillez de los hijos de Dios confesemos nuestra fragilidad y nuestras culpas, roguemos al Señor.

R. Escúchanos, Señor.


- Para que desahoguemos ante cristo nuestro dolor por los pecados que hemos cometido, roguemos al Señor.

R. Escúchanos, Señor.


- Para que seamos liberados de los males presentes y preservados de los futuros, roguemos al Señor.

R. Escúchanos, Señor.


- Para que aprendamos de nuestro Padre celestial que su amor divino supera todos los pecados de los hombres, roguemos al Señor.

R. Escúchanos, Señor.


Se pueden acomodar, según las circunstancias, la monición del celebrante y las intenciones, usando con las adaptaciones apropiadas los formularios de los números 378, 382 y 386.


Exorcismo
339.
Después el celebrante, con las manos extendidas sobre los niños, hace la oración siguiente:

Oremos.
Padre de las misericordias,
que entregaste a tu amado Hijo para dar al hombre,
oprimido con la esclavitud del pecado,
la libertad de tus hijos,
escucha a estos siervos tuyos,
que ya han experimentado las tentaciones
y reconocen sus propias culpas,
y mira con clemencia su esperanza.
Concédeles pasar de las tinieblas a la luz que no se apaga,
limpiarse de los pecados,
y, llenos de paz, marchar ilesos bajo su protección
por el camino de la vida.
Por Jesucristo nuestro Señor.
R. Amén.
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Otra fórmula de exorcismo en el n. 392.
392. Al n. 339: Otra fórmula de la oración del exorcismo, expresada en forma dialogada:

 

El celebrante exhorta a los niños a que oren con él a Dios y dice:

Padre clementísimo,
mira a N. y N., que pronto van a ser bautizados.

Niños:
Hemos oído las palabras de Jesús y las queremos seguir.

Celebrante:
Se esfuerzan en verdad por vivir como tus hijos,
pero saben que esto es laborioso.

Niños:
Sí, Padre, queremos hacer siempre lo que te agrada,
pero sentimos en nosotros una inclinación contraria.


Celebrante:
Padre clementísimo,
libera a estos niños de la cobardía y del espíritu del mal,
y concédeles que caminen siempre en la estela de tu luz.

Niños:
Queremos caminar con Jesús,
que entregó su vida por nosotros:
Padre, ayúdanos.


Celebrante:
Si alguna vez caen en el camino,
haciendo lo que te desagrada,
dales providentes el refuerzo de tu gracia,
para que puedan levantarse de nuevo:
entonces otra vez caminarán hacia ti,
con Jesucristo nuestro Señor.

Niños:
Danos, Padre, tu gracia.
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Unción de los catecúmenos o imposición de manos

340.
Prosigue el celebrante, diciendo:

Para que el poder de Cristo Salvador os fortalezca,
te ungimos con este óleo de salvación
en el nombre del mismo Jesucristo, Señor nuestro,
que vive y reina por los siglos de los siglos.

Niños:
Amén.

Todos son ungidos con el óleo de los catecúmenos en el pecho o en las dos manos o también, si parece oportuno, en otras partes del cuerpo.
A juicio de la Conferencia Episcopal, esta unción se puede omitir o diferir para el día de la celebración del Bautismo (cf. n. 218). En tal caso el celebrante les dice a todos los catecúmenos:

Te fortalezca el poder de Cristo Salvador,
que vive y reina por los siglos de los siglos.

Niños:
Amén.

Inmediatamente el celebrante impone la mano en silencio sobre cada uno de los catecúmenos.

 

Despedida de los catecúmenos
341.
A continuación el celebrante los despide con éstas o parecidas palabras:

Jesús, el Señor, en nuestra presencia les ha abierto a ustedes, N. y N., su misericordia. Ahora pueden ir en paz.

Niños:
Demos gracias a Dios.

O bien los envía a sus puestos, y los niños no salen de la Iglesia. En ese caso el celebrante dice:

Jesús, el Señor, en nuestra presencia le ha abierto a ustedes, N. y N., su misericordia. Vuelvan ahora a su sitio, y oren todavía con nosotros.

342. Entonces prosigue la liturgia penitencial dirigida expresamente a los niños ya bautizados. Después de la monición del celebrante, cada uno de los que van a recibir por primera vez el sacramento de la Penitencia, y después los demás, se acercan a la confesión en la programación del párroco en la parroquia.


 

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