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RETIRO DE NIÑOS PARA

LA PRIMERA COMUNIÓN

Junio 2018

  1. LA EUCARISTÍA ES LUZ

 

1.1. OBJETIVO

Que el niño descubra la relación entre el concepto de ‘luz’ y la Palabra de

Dios en la Celebración Eucarística, para que participe más consciente y

activamente en la Misa.

 

1.2. TEXTOS SUGERIDOS

 

  • Ex 13, 20 -22: Dios guiaba a su pueblo desde una columna de fuego.

  • Sal 118, 105: Tu palabra es luz para mi camino.

  • Jn 8, 12: Jesús dice «Yo soy la luz del mundo».

  • Hech 26, 12ss: Pablo narra su encuentro transformador con Jesucristo

          Luz.

  • Ef. 5, 8-9: Somos hijos de la luz e hijos del día.

  • LG, 1: Cristo es la luz de los pueblos.

  • CEC, 242: Decimos en el Credo que Jesús es «luz de luz».

  • CEC, 748: La Iglesia no tiene otra luz que la de Cristo.

  • CEC, 1216: Por el Bautismo somos hijos de la luz.

 

 

1.2. IDEAS FUERZA

 

  • En el Antiguo Testamento, Dios guía a su pueblo hacia la tierra prometida, mediante la columna de fuego del Éxodo.

  • La Palabra de Dios es luz que guía el camino de nuestra vida.

  • Jesús se presenta como la luz que ilumina a todo hombre que viene a este mundo.

  • El encuentro transformador con la Palabra de Dios nos convierte, a su vez, en luz para iluminar al mundo por medio de nuestras buenas obras. La vida del cristiano, alimentada por la Palabra y la Eucaristía, es como una lámpara colocada en lo alto para iluminar.

  • La verdad es luz, la mentira es sombra (oscuridad).

  • La liturgia de la Palabra en la Misa es la luz que ilumina el camino para la vida del cristiano. Lo ayuda a descubrir la voluntad de Dios y su plan de salvación.

  • La Palabra de Dios que se proclama en la Eucaristía es transformadora y prepara a toda obra buena (cfr. 2Tim 3, 16-17).

 

1.4.ACTIVIDAD

 

El catequista preparará unas citas bíblicas. Si es posible, en su momento pedirá a los niños que busquen las citas y las lean; así se ejercitarán en el manejo de la Biblia.

Los niños se distribuyen en círculo, y el catequista, con la Biblia en la mano, se coloca al centro. Al azar designa a un niño para que lea un texto de la Biblia.  Mientras se está leyendo en voz alta para todos, otro niño, del lado oriente, levantará la figura de un sol que pasa sobre el grupo y, cuando termine de leer y diga «Palabra de Dios», el catequista tomará la Biblia y la cerrará en la presencia de todos. Al momento que se cierra la Biblia, el sol se ocultará. Se recomienda realizar este gesto hasta cuatro o cinco veces, para que quede claro que cuando se proclama la Palabra de Dios, Dios se hace presente, como luz en medio de nosotros.

Al terminar esta primera parte, el catequista preguntará a todos los niños: « ¿Qué tenemos qué hacer para que el sol salga de nuevo?»

En ese momento, detrás de cada uno de los niños se pondrá en una papeleta (si es posible dentro de un sobre) una de las obras de misericordia (cfr. Mt 25, 34-36). Los niños pueden responder ahora libremente a la pregunta planteada.

Luego, el catequista indica a los niños que tomen la papeleta que está detrás de ellos, en la que encontramos la respuesta de Jesús (las obras de misericordia: dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, hospedar al forastero, vestir al desnudo, visitar al enfermo y visitar al encarcelado).Cada niño leerá en voz alta la papeleta que le tocó (algunas se pueden repetir). El catequista dirá: «No basta decir, hay que hacerlo». Entonces invitará a los niños a representar cada obra de misericordia, como se indica en los dibujos.

Cada vez que el catequista repita una obra de misericordia, el niño tendrá que asumir esa posición corporal. Cuando los niños asuman correctamente cada posición, saldrá el sol de nuevo (el sol que se había levantado al leer los textos de la Biblia).

El catequista aterrizará la dinámica uniendo la presencia de Dios en la lectura de la Biblia en Misa, con el ejercicio de las buenas obras.

Por último, se planteará a los niños otra pregunta: « ¿Qué otras cosas podemos hacer para que Jesucristo, Sol que nace de lo alto, surja e ilumine nuestra vida?»

Los niños responderán libremente; sus respuestas podrán ser: estudiar, ayudar a sus papás en los quehaceres de la casa, arreglar su cuarto... pero que sea una respuesta propia de ellos.

 

2. LA EUCARISTÍA ES VIDA

 

2.1 OBJETIVO

 

Que el niño descubra que la Eucaristía es fuente de vida; que en ella Jesucristo nos da vida, y vida en abundancia.

 

2.2. TEXTOS SUGERIDOS

 

  • Jn 6: Discurso de Jesús sobre el pan de vida.

  • Jn 15, 1-10: Para tener vida y dar frutos de vida eterna, es necesario permanecer unidos a Jesús, que es la Vid verdadera.

  • CEC, 1346-1347: La liturgia de la Eucaristía comprende dos grandes momentos: liturgia de la Palabra y liturgia de la Eucaristía.

  • CEC, 1348-1355: Desarrollo de la Celebración Eucarística.

  • CEC, 1392: La Eucaristía alimenta nuestra vida espiritual.

 

2.3. IDEAS FUERZA

 

  • Jesucristo, el Dios de la Vida, está presente en la Eucaristía y en ella nos comunica su vida divina.

  • Jesús entrega su vida en cumplimiento de la voluntad del Padre.

  • La Eucaristía es un sacrificio: el sacrificio de la Redención y, al mismo tiempo, el sacrificio de la Nueva Alianza.

  • En la Última Cena, Jesús instituye el sacrificio de la Nueva Alianza.

  • El sacrificio en el Antiguo Testamento fue utilizado para salvar a algunos de la muerte o purificarlos del pecado. Ahora, el Padre entrega a su Hijo en sacrificio para que todos tengamos  vida plena

  • Para los cristianos es indispensable permanecer unidos a Jesús Eucaristía, a fin de dar frutos de vida eterna. Sin Él, nada podemos hacer.

  • Para obtener la vida eterna, Jesucristo pide alimentarse de su cuerpo y de su sangre.

 

2.4. ACTIVIDAD

 

El catequista expone las ideas principales de este tema, desarrollándolas brevemente. En esta exposición se basarán las respuestas de los niños a las preguntas del siguiente juego, por lo tanto, buscará que en su exposición queden bien claros los puntos, de manera que puedan responder, además de aprender a fuerza de repetición.

GATO (#)

Para este juego (esperemos que muy conocido), se requiere un cartón con el signo de numeral escrito en grande. Por otra parte, se escribirán preguntas en papeletas que quepan en cada espacio a jugar en el «gato». Hay que preparar también dos juegos de seis o siete fichas iguales entre sí (como tapa roscas o monedas de diferente denominación. Si se cree conveniente, fichas con el dibujo de un motivo eucarístico, como uvas, panes, cordero, trigo, cáliz, hostias).

Para jugar al «gato» compiten dos equipos. El primero que tenga el turno elige el espacio donde quiere poner su primera ficha, pero antes de ponerla, tendrá que responder a la pregunta oculta en la papeleta que está en ese espacio boca abajo. Si no sabe responder a la pregunta ni con ayuda de su equipo, y el contrincante sí responde, este último podrá poner su primera ficha sin perder su turno. Si ninguno de los dos sabe responder, ese espacio será marcado con un elemento diferente que indique que ese espacio está «quemado». El equipo que logre hacer una serie de tres con sus fichas (como en el «gato» clásico), será el ganador.

Sugerimos jugar varias veces el «gato» para que, a fuerza de repetición, se reafirmen las ideas en la memoria y en la comprensión. Las respuestas a las preguntas que vienen a continuación, deberán ser estudiadas y conocidas previamente; si no, será difícil que las respondan los niños.

 

Las preguntas que sugerimos para las papeletas, son las siguientes:

 

  1. ¿Quién es el Pan de Vida? R.-Jesucristo.

  2. ¿Qué día se instituyó la Eucaristía? R.-El Jueves Santo, en la Última Cena.

  3. ¿Cuáles son los dos grandes momentos de la Misa? R. La liturgia de la Palabra y la liturgia de la Eucaristía.

  4. ¿Qué nos pide Jesús para obtener la vida eterna? R. Que nos alimentemos de su Cuerpo y de su Sangre.

  5. El sacrificio de Jesús en la Cruz y el de la Misa, ¿son el mismo? R. Sí.

  6. ¿Qué necesita el sarmiento para producir fruto? R. Estar unido a la vid.

  7. ¿Qué pasa con un sarmiento que produce fruto? R. El Padre lo poda para que dé más fruto.

  8. ¿Puede un sarmiento producir fruto separado de la vid? R. No.

  9. ¿Cómo alimenta Jesús nuestra vida espiritual? R. Por medio de la Eucaristía.

  10. ¿Para qué se entrega Jesús en sacrificio? R. Para que nosotros tengamos vida.

  11. ¿Por qué es necesario permanecer unidos a Jesús? R. Porque «sin Él nada podemos hacer».

 

3. A EUCARISTÍA ES PRESENCIA Y ENCUENTRO CON JESÚS

 

3.1. OBJETIVO

 

Que el niño reconozca la presencia real y efectiva de Jesucristo en la Eucaristía.

 

3.2. TEXTOS SUGERIDOS

 

  • Mt 26, 26-29; Lc 22, 19-20; 1Cor 11, 23-27: Relato de la Institución de la Eucaristía.

  • Lc 24, 13ss.: Toda la narración de los discípulos de Emaús es una catequesis eucarística. La primera parte es la iluminación de la Palabra de Dios, por boca de Jesús; la segunda, es descubrir a Cristo resucitado en la fracción del pan, y la tercera, es la proclamación entusiasta de la resurrección del Hijo de Dios.

  • Mt 28, 20: La promesa de Jesús de quedarse con nosotros, se hace realidad en la Eucaristía.

  • Hb 13, 8: Ayer como hoy, Jesucristo es el mismo.

  • CEC, 1333: En la Eucaristía, el pan y el vino se convierten en Cuerpo y Sangre de Cristo.

  • CEC, 1373 -1377: Cristo está presente de múltiples maneras en la Iglesia, pero sobre todo bajo las especies eucarísticas.

  • CEC, 1378-1381: El culto de adoración a la Eucaristía no sólo durante la Misa, sino también fuera de la celebración.

 

3.3. IDEAS FUERZA

 

  • El ser humano siempre ha querido ver a Dios.

  • Jesús se hace hombre para compartir con nosotros su vida divina.

  • Se hace carne para poderlo contemplar, tocar y alimentarnos de Él.

  • Jesucristo instituye la Eucaristía y el Sacerdocio para perpetuar su presencia entre nosotros.

  • Jesús, presente en el sacramento de la Eucaristía con su Cuerpo y Sangre, es el mismo de ayer, hoy y siempre.

  • Los Apóstoles y otros muchos testigos de la resurrección de Jesucristo tuvieron el privilegio de verlo, tocarlo, presenciar los milagros, escuchar sus palabras, verlo morir y contemplarlo resucitado. Todo esto, la Iglesia lo experimenta en la Eucaristía.

  • Después dela resurrección, a los Apóstoles no les fue fácil creer. Los discípulos de Emaús reconocieron a Jesús sólo después de un laborioso camino hacia la Eucaristía; el Apóstol Tomás no creyó hasta que tocó a su Maestro.

  • No basta ver o tocar, es necesario tener los ojos de la fe. La fe es un regalo del amor infinito de Dios. Con esos ojos podemos ver a Jesucristo en la Eucaristía.

 

 

3.4 ACTIVIDAD

 

Sugerimos que los niños preparen con papel blanco una hostia dibujada y recortada por ellos; ésta deberá llevar escrito al reverso: «El Cuerpo de Cristo es para» y el nombre del niño que la preparó.

El catequista llevará una maceta con un poco de tierra. Explicará a los niños que la tierra y el agua producen vida; cómo las semillas brotan después de algunos cuidados y cómo, con un poco de atención, estos brotes producirán frutos. Mientras explica, el expositor podría hacer brotar plantitas hechas de papel o plástico, para facilitar su manipulación y propiciar que los niños toquen y comenten el hecho.

Después, el catequista aplicará este concepto al Cuerpo y la Sangre de Cristo: ese pan consagrado lo dejó Cristo a todos los bautizados para que surja vida. Por ello, sugerimos que los niños dibujen un corazón y con recortes de papel hagan algo semejante a la explicación hecha con la maceta.

En la Última Cena, Jesús ordenó a sus Apóstoles realizar esta fiesta siempre; es la manera en que Cristo se ha quedado con nosotros, por todos los días. Como ocurre con la maceta, del corazón que recibe a Cristo en la santa Comunión, brotan obras de vida, luz, paz, justicia, unión, generosidad y amor.

Es muy importante que el catequista propicie la participación de los niños, que digan cuáles son esos brotes que surgen del corazón y los vayan colocando en él con algún adhesivo.

Los niños pondrán el corazón de papel, con la hostia dentro, sobre su pecho; el catequista insistirá en que lo lleven a casa después de la catequesis para que puedan dar razón de lo que llevan puesto; por ejemplo: «Este corazón limpio recibió a Jesús en la hostia consagrada, por eso salen de él plantitas de obras buenas como la amistad, la oración y el estudio». La respuesta puede prepararse para ser memorizada en grupo o justificada con las propias palabras del niño. El catequista debe cerciorarse de que el alumno sepa responder.

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