TEMA 3:
Niña y Niño: Ser Amigo de Jesús
es Compartir su Vida
«Para esto han sido llamados, pues Cristo también sufrió por ustedes, dejándoles un ejemplo, y deben
seguir sus huellas» 1Pe 2,21
Objetivo:
Que el niño descubra que ser amigo de Jesús pide compartir su vida siendo su testigo para que sea
capaz de reflejar en la vida diaria su amistad por Cristo.
Para tomar en cuenta:
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Si es conveniente se puede representar la historia de los tres árboles, o al irla narrando que estén de fondo los tres árboles.
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Las oraciones es conveniente que los niños las tengan para que juntos las digan, pausadamente.
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En el pensar se proponen dos citas bíblicas, se sugiere, que alguien se vista de Jesús y la proclame como una invitación que hace directa a los niños, en la otra se presente a Pedro como quien fue un gran amigo de Jesús y que desde su experiencia invite a los niños a seguirlo.
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Para profundizar en la cita Bíblica que el personaje de Pedro realice las preguntas que ahí se sugieren.
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Se propone después del actuar un momento de oración para dialogar con Jesús, hay que crear un clima de silencio.
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El momento celebrativo tener preparado el cirio pascual y velas para los niños si no se ve conveniente, elegir algunos representantes por grupos o por centros.
Bienvenida y ubicación:
Hola niños y niñas, bienvenidos, levanten la mano quienes quieran ser amigos de Jesús o ya lo son, pero de esos amigos muy cuates. Hoy Jesús viene decidido hacernos una invitación, ¿saben cuál? Acompañarlo a anunciar el Reino de Dios su Padre en nuestra familia, escuela, amigos, ¿Qué dicen? Pero sepan una cosa a veces no va hacer fácil, tendremos que dejarnos acompañar por Jesús y ser muy valientes a pesar de que a ratos sea difícil y también ser amigos de Jesús pide dar la vida como él la dio, pero no se asusten, hay que empezar a dar la vida en pequeñas cosas, como ayudar a tu mamá, compartir de lo que tienes a tus amigos y compañeros, ser paciente con tus hermanos, muy bien están dispuestos a compartir la vida con Jesús.
Oración inicial:
Mi buen amigo Jesús. Me entusiasma la idea de vivir como tú. Quiero tenerte como modelo para parecerme cada día un poco más a tu persona y así estar más cerca de Dios. Tu pasaste haciendo el bien revelando el verdadero rostro de Dios, mostrando cómo vivir el amor, ayudando a los necesitados, perdonando y llamando a perdonar, enseñando cómo rezar y llamar Papá a Dios, predicando el Reino de Justicia y Paz. Quiero vivir siguiendo tu camino, dame fuerzas para lograrlo.
VEAMOS
Se reparte una hoja en blanco a cada niño y se les pide dibujar el título del tema
¿Qué significa para ti ser amigo de Jesús y compartir su vida? Dibújalo.
Se narra la siguiente historia
LOS TRES PEQUEÑOS ÁRBOLES
Había una vez tres pequeños árboles en una colina de un bosque. Hablaban acerca de lo que querían ser cuando fueran grandes el primero dijo: «Algún día seré cofre de tesoros. Estaré lleno de oros, plata y piedras preciosas. Estaré decorado con labrados artísticos y tallados finos, todos verán mi belleza».
El segundo árbol dijo: «Algún día seré una poderosa embarcación. Llevaré a los más grandes reyes y reinas a través de los océanos, e iré a todos los rincones del mundo. Todos se sentirán seguros por mi fortaleza, fuerza y mi poderoso casco».
Finalmente el tercer árbol dijo: «Yo quiero crecer para ser el más recto y grande de todos los árboles en el bosque. La gente me verá en la cima de la colina, mirará mis poderosas ramas y pensarán en el Dios de los cielos, y cuán cerca estoy de alcanzarlo. Seré el más grande árbol de todos los tiempos y la gente siempre me recordará». Después de unos años de que los árboles esperaban se realizaran sus sueños en realidad, un grupo de leñadores vino donde estaban los árboles.
Cuando uno vio al primer árbol dijo: «Este parece un árbol fuerte, creo que podría vender su madera a un carpintero», y comenzó a cortarlo. El árbol estaba muy feliz debido a que sabía que el carpintero podría convertirlo en cofre para tesoros.
El otro leñador dijo mientras observaba al segundo árbol: «Parece un árbol fuerte, creo que lo podré vender al carpintero del puerto». El segundo árbol se puso muy feliz porque sabía que estaba en camino a convertirse en una poderosa embarcación.
El último leñador se acercó al tercer árbol, este muy asustado, pues sabía que si lo cortaban, su sueño nunca se volvería realidad. El leñador dijo entonces: «No necesito nada especial del árbol que corte, así que tomaré éste», y cortó el tercer árbol.
Cuando el primer árbol llegó donde el carpintero, fue convertido en un cajón de comida para animales, y fue puesto en un pesebre y llenado con paja. Se sintió muy mal pues eso no era por lo que tanto quería.
El segundo árbol fue cortado y convertido en una pequeña balsa de pesca, ni siquiera lo suficientemente grande para navegar en el mar, y fue puesto en un lago. Y vio como sus sueños de ser una gran embarcación cargando reyes habían llegado a su final.
El tercer árbol fue cortado en largas y pesadas tablas y dejado en la oscuridad de una bodega.
Años más tarde, los árboles olvidaron sus sueños y esperanzas por las que tanto habían esperado. Entonces un día un hombre y una mujer llegaron al pesebre. Ella dio a luz un niño, y lo colocó en la paja que había dentro del cajón en que fue transformado el primer árbol. El hombre deseaba haber podido tener una cuna para su bebé, pero este cajón debería serlo. El árbol sintió la importancia de este acontecimiento y supo que había contenido el más grande tesoro de la historia.
Años más tarde, un grupo de hombres entraron en la balsa en la cual habían convertido al segundo árbol. Uno de ellos estaba cansado y se durmió en la barca. Mientras ellos estaban en el agua una gran tormenta se desató y el árbol pensó que no sería lo suficientemente fuerte para salvar a los hombres. Los hombres despertaron al que dormía, éste se levantó y dijo: «¡Calma! ¡Quédate quieto!» y la tormenta y las olas se detuvieron. En ese momento el segundo árbol se dio cuenta de que había llevado al Rey de
Reyes y Señor de Señores.
Finalmente un tiempo después alguien vino y tomó al tercer árbol convertido en tablas. Fue cargado por las calles al mismo tiempo que la gente escupía, insultaba y golpeaba al Hombre que lo cargaba. Se detuvieron en una pequeña colina y el Hombre fue clavado al árbol y levantado para morir en la cima de la colina. Cuando llegó el domingo, el tercer árbol se dio cuenta que él fue lo suficientemente fuerte para permanecer erguido en la cima de la colina, y estar tan cerca de Dios como nunca, porque Jesús había sido crucificado en él.
Preguntas
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¿Qué te gusto de esta historia?
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¿Cuál fue el destino de estos tres arboles?
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¿Se realizó el sueño de los tres arboles?
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¿Qué deseas ser cuando seas grande?
Estos tres árboles soñaban con ser grandes y cumplir sus anhelos, pero la vida se encargó de que se cumpliera otro sueño, el poder ser testigos muy cercanos de alguien que jamás se hubieran imaginado Jesús. Los arboles tres dieron su vida para ser testigos en tres momentos importantes de su vida, su nacimiento, su vida pública y su muerte, en donde entrega la vida por nosotros. Los tres arboles compartieron momentos importantes de la vida de Jesús, sus sueños se vieron realizados, donarse y entregarse para anunciar el Reino con Jesús.
PENSEMOS
Nos ponemos de pie para recibir la Palabra de Dios con alegría y respeto. Hoy nos dará la luz que nos ayudara para poder ser amigos de Jesús a quien queremos conocer, amar y seguir.
Cantamos: TU PALABRA ME DA VIDA
Se proclama con mucho respeto el siguiente texto
Jn 12,26
«El que me sirva, que me siga, y donde yo esté, allí estará también mi servidor. Al que me sirva, el Padre lo honrará»
1Pe 2,21
«Para esto han sido llamados, pues Cristo también sufrió por ustedes, dejándoles un ejemplo, y deben seguir sus huellas»
San Pedro (dirige esta reflexión)
Hoy Jesús nos invita a ser sus amigos, pero para poder ser amigo de Jesús necesitamos conocerlo y acompañarlo, estar donde él está, ir a donde él va, vivir como él vive y dar la vida como él la dio, con amor. Niños vamos a hacer un recorrido junto y rápido para recordar la vida de Jesús. Yo les voy ayudar, recuerden que soy un amigo de Jesús, anduve con él y compartí su vida y su destino, así que vamos a ver quién sabe más:
1. ¿En qué lugares estuvo Jesús?
2. ¿Con quienes estuvo?
3. ¿Qué palabras les dijo?
4. ¿Que hizo Jesús?
5. ¿En dónde termino su vida?
6. ¿Por qué murió en una cruz?
7. ¿Qué paso después de su muerte?
Ya recordamos como vivió y entrego su vida Jesús. Hoy la Palabra de Dios nos dice: «Donde yo esté allí estará mi servidor» y en otro momento Jesús ya no llama a sus discípulos servidores sino amigos, porque les ha dado a conocer todo lo que aprendió de su Padre (Cfr. Jn 15,15).
Jesús nos dice que donde este El ahí deben estar sus amigos ¿Qué significa eso? Los amigos de Jesús serán sus testigos, serán buena noticia para los demás, harán presente el Reino de Dios en todo momento, con sus papas, hermanos, amigos, en la escuela, en el juego, defenderán al necesitado, serán servidores de los demás y su vida será una entrega diaria y generosa como lo hizo Jesús.
Yo soy Pedro un gran amigo de Jesús y les digo han sido llamados para dar ejemplo de Jesús y seguir sus huellas, Jesús necesita de testigos que ahora anuncien con su vida el Reino de Dios. ¿Te gustaría dar tu vida como los tres árboles para ser testigo de Jesús?
ACTUAR
Se entrega los niños UNA HOJA donde anotará su compromiso
¿De qué manera vas hacer testigo de Jesús en la vida?
Con tu familia: _________________________________________________________________
Amigos: _____________________________________________________________________
Escuela: _____________________________________________________________________
CELEBRAMOS
Niños después de haber escuchado la Palabra de Dios que nos invita a ser amigos de Jesús, estar donde él está, amar como él amó, servir como él sirvió, anunciando el Reino del Padre, donando la vida para que otros conozcan a Dios y tengan vida en El. Ahora los invito hacer silencio para hablar con Jesús y pedirle que nos ayude a ser sus buenos amigos, para que podamos con nuestra vida ser sus testigos.
Jesús, enséñanos a rezar mejor.
A veces me cuesta comunicarme contigo. No encuentro las palabras, no sé qué decir. Ayúdame a rezar. Quiero hacer un rato de silencio para que tú me puedas hablar al corazón. Quiero sentirte a mi lado. Quiero contarte lo que me pasa y las cosas que vivo. Me quiero poner en tus manos, Jesús, para aprender amar y dar la vida como lo haces tú, Háblame, Señor, que estoy dispuesto a escucharte. ¡Que así sea, Señor!