top of page

Tema 4

El sacramento de la Confirmación

 

Objetivo

 

  • Que los chicos descubran que a los bautizados el sacramento de la confirmación los une

más íntimamente a la Iglesia y los enriquece con una fortaleza especial del Espíritu

Santo.

  • De esta forma son ayudados a vivir, compartir y defender la fe con sus palabras y sus

obras, como auténticos testigos de Cristo.

 

ESQUEMA PROPUESTO PARA EL ENCUENTRO

 

Ponemos en común cómo nos fue con los propósitos semanales

 

Dinámica 1:

 

El grupo se debe dividir en dos subgrupos que trabajará en forma separada. En el subgrupo "A" se tratarán las preguntas referidas a los chicos dentro del grupo; en el "B", a  los discípulos de Jesús.

 

            Subgrupo "A":

 

  1. ¿Creen ustedes que fueron llamados por Jesús para estar acá? (Leer Jn.15, 16)

  2. ¿Cómo han ido viviendo estos encuentros de Mar adentro hasta hoy? (Miedo, duda, confianza, amor, negación, sinceridad, etc...)

  3. ¿Cómo sienten ustedes que están como grupo? [Unidos, distanciados, etc. Se apunta a la unidad del grupo]

  4. ¿Cómo se llama el momento que van a vivir cuando reciban la fuerza del Espíritu Santo?

  5. ¿A qué me compromete con Jesús el sacramento de la confirmación? (proclamar la Palabra con la vida, a dar testimonio, etc...)

 

 

            Subgrupo "B":

 

  1. ¿Creen ustedes que los discípulos fueron llamados por Jesús para estar con Él? (Leer Mc.3, 13-19)

  2. ¿Qué características pueden dar sobre la situación que vivieron los discípulos antes de la partida de Jesús? (Leer Jn.18, 25-27; 21,15-17)

  3. ¿Cómo se encontraban los discípulos cuando partió Jesús? (Leer Hch.1, 12-14; 2,44)

  4. ¿Cómo se llamó el día en el que los discípulos recibieron el Espíritu Santo? (H ch 2,1-4)

  5. ¿A qué los llevó el hecho de recibir el Espíritu Santo? (Leer Hch.2, 44; 4,1-3; 4,13)

 

Al finalizar el trabajo anterior, los dos subgrupos se vuelven a reunirse (y así quedarán hasta finalizar el encuentro) y se pondrá en común lo realizado por cada uno. Se leerán las preguntas y se volcarán las respuestas en un afiche, el cual se dividirá en dos: a la izquierda, las respuestas del grupo A; y a la derecha lo del grupo B.

 

PLENARIO

Terminada la puesta en común, planteamos las siguientes preguntas:

           

  • ¿En qué se diferencia nuestra confirmación de Pentecostés?

  • ¿Por qué hay semejanza entre lo que les ocurrió a los discípulos y lo que nos ocurre a nosotros? (Leer Jn.20, 21: Misión universal)

 

 

Luego del plenario se redondea el concepto de la Confirmación como comienzo del ministerio público (ver AYUDA PARA EL COORDINADOR), se presenta una fotocopia

Del dialogo con el obispo y se explica mostrando en ellas lo que indica que comenzarán su misión de testigos.

 

Aclarar que el compromiso no es lo más importante sino que lo más importante es la ayuda de Dios para tal misión (la obra de Dios y no la de los hombres)

 

CIERRE DEL ENCUENTRO

 

 Proponemos rezar con oraciones libres y espontáneas sobre la base del dialogo con el obispo.

 

 AYUDA PARA EL COORDINADOR

 

            En todas las culturas aparecen celebraciones que expresan el crecimiento y la madurez que alcanzan los miembros de la comunidad. Así encontramos, en culturas centenarias, ritos de iniciación y ritos de introducción en la `Comunidad de decisión' como adulto. La sociedad moderna lo ha sofisticado con la `fiesta de los 15 años' para las jóvenes y de `18 años' para los varones, como una manera de presentarlos en sociedad. En la relación de amigos o esposos, se dan momentos fuertes de reafirmación de la amistad y del amor, mediante signos, gestos y palabras que los afianzan y estimulan. Un regalo, un momento de diálogo e intimidad, etc., confirman que la amistad y el amor son asumidos más conscientemente.

 

            Después del Bautismo, el Espíritu Santo descendió sobre Jesús como una paloma. Y al iniciar su ministerio público (Lc 4, 17-21) entró en una sinagoga de su pueblo, tomó los rollos de la Escritura y leyó un pasaje del profeta Isaías: "...El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado por la unción..."

 

            Lo importante de este texto evangélico es que nos revela a Jesús ungido por el Espíritu Santo, es decir, que Él obra con el poder de ese mismo Espíritu: habla con autoridad y sus milagros confirman sus palabras. Jesús no comienza su predicación con grandes multitudes sino en la sinagoga.

 

De la misma manera, los apóstoles al comenzar su misión recibieron al Espíritu Santo en Pentecostés. El espíritu confirmó definitivamente todo lo que Jesús había enseñado a los apóstoles y encendió el espíritu misionero en sus corazones.

 

            El sacramento de la Confirmación tiene su base en el Nuevo Testamento (ver Hch.8, 5-25; 19,1-6; Heb.6,2; Gál.4,6). Los Apóstoles imponían las manos para que los bautizados recibieran más plenamente al Espíritu Santo, primer protagonista de este sacramento.

 

            La Iglesia de los primeros cristianos nos deja su testimonio que recogemos en los Hechos de los Apóstoles (8,14 17). En el texto se nos habla de la imposición de las manos que Pedro realiza para `confirmar' a quienes habían sido bautizados. En la Iglesia naciente este gesto acompaña la transmisión del Espíritu Santo en la Confirmación. Efectivamente, Pedro y Juan confirmaron a los samaritanos que no habían recibido aún al mismo Espíritu. Pablo hizo lo mismo en Éfeso (ver Hch.19, 1-7).

 

            En los siglos posteriores, el Bautismo se celebró en la Vigilia Pascual, y se seguía inmediatamente con la Confirmación: el propio sacramento del Bautismo era `confirmado'. La Confirmación completa el Bautismo. Así como en este sacramento nos volvemos `hijos de Dios', somos `incorporados en una comunidad concreta'; de la misma forma en la Confirmación `recibimos la plenitud del Espíritu Santo', y somos reconocidos como miembros maduros en la fe.

 

En verdad, el Espíritu Santo es dado y obra en todos los sacramentos, pero de una manera particular en la Confirmación. Los Padres de la Iglesia son unánimes en afirmar que la Confirmación es el sacramento del `regalo del Espíritu Santo', que constituye el sello definitivo de la iniciación cristiana, cuyo origen se remonta a la práctica pastoral de los Apóstoles.

 

            La Confirmación es un sacramento que complementa el Bautismo, con él termina la “iniciación cristiana” o la etapa de formación y crecimiento inicial.

 

            La diferencia entre el Bautismo y la Confirmación consiste en que este último sacramento señala el comienzo de la misión del cristiano ya maduro en la fe.

 

            El texto de 1Jn.2, 27, señala que el cristiano confirmado está UNGIDO, es decir, consagrado por el Espíritu Santo que actúa en la comunidad. Él mantiene en el camino de la verdad a quienes siguen fielmente a Jesucristo. Si cada confirmado debe ser signo de fe y de la Iglesia en su vida y ambiente, es para que a través de la propia fidelidad continúe la misión de la Iglesia que lo convirtió a él en Hombre de Dios. La Confirmación por tanto, consagra a cada cristiano a la obra misma de Dios: la evangelización, que suscita hombres nuevos a imagen y semejanza de Jesús, el Ungido.

 

            `...Por el sacramento de la Confirmación los bautizados se vinculan más íntimamente a la Iglesia, se enriquecen con una fortaleza especial del Espíritu Santo, y de esta forma se obligan más estrechamente a difundir y defender la fe con la palabra y sus obras como verdaderos testigos de Cristo...' (Concilio Vaticano II)

 

  • El vínculo con la Iglesia: la Confirmación, al concluir la Iniciación cristiana compromete al bautizado con una comunidad concreta, representada en la celebración por la presencia del Obispo o su delegado y el crisma por él preparado.

 

  • Fortaleza especial del Espíritu

La confirmación como es intensificación de la gracia bautismal y como una fuerza especial del Espíritu, con miras al testimonio y a la evangelización. Por la confirmación nos hacemos miembros completos de la Iglesia con una fe madura y una caridad más ardiente. La confirmación no puede anular el sello del bautismo, sino todo lo contrario, lo consolida y confirma con una nueva marca indeleble en el corazón.

 

  • Testigos que difunden la fe con palabras y obras

No se trata de una misión nueva, puesto que evangelizar es la misión del bautizado. La confirmación pone el acento sobre la misión pública, social, que el confirmado debe asumir junto a los demás cristianos maduros en el anuncio de la fe y en el servicio a Dios y a los hombres. En este sentido podemos citar dos preguntas que el Obispo hace a los confirmandos durante la celebración: “¿Están dispuestos a vivir y a morir alegremente en esta vocación cristiana?”, y también: “¿Están dispuestos, con la fuerza del Espíritu Santo, a dar testimonio de Jesús en todas partes, aunque tengan que sufrir por eso desprecio y persecución?”.

 

El Papa Francisco pide a las Iglesias de todo el mundo que tengan en cuenta lo siguiente:

  • En la medida de lo posible, tenga el confirmado un padrino a quien corresponde procurar que se comporte como verdadero testigo de Cristo y cumpla fielmente las obligaciones correspondientes al sacramento.

  • El padrino debe cumplir con la sig. Condiciones:

 

  1. Que tenga capacidad para esta misión e intención de desempeñarla.

  2. Que haya cumplido dieciséis años.

  3. Que sea católico, esté confirmado y haya tomado la primera comunión.

  4. Que lleve una vida congruente con la fe y con la misión que va a asumir.

  5. Que no sea el padre o la madre

  6. Es conveniente que se escoja como padrino a quien asumió esa misión en el bautismo.

 

DIÁLOGO DEL OBISPO CON LOS CONFIRMANDOS

 

Cel. :   Queridos cristianos: ¿Saben lo que van a recibir?

 

Conf. :   Recibiremos el Espíritu Santo que Jesús nos prometió.

 

Cel. :   ¿Y saben lo que va a hacer en ustedes el Espíritu Santo?

 

Conf.: El Espíritu Santo nos iluminará con la luz de la fe,

Nos encenderá con el fuego del amor,

Nos confirmará para dar testimonio de Jesús.

 

Cel.:    De esa manera, por medio de la Confirmación, el Espíritu Santo completará en ustedes la obra del Bautismo. Así serán cristianos perfectos, es decir, ungidos del Señor y señalados con la marca imborrable de los testigos de Jesús.

Respondan entonces, ahora:

¿Están dispuestos a vivir y a morir alegremente en esta vocación cristiana?

 

Conf.: Sí, estamos dispuestos.

 

Cel.:    ¿Están dispuestos a creer, con la luz del Espíritu Santo, todo lo que Dios ha revelado y nos enseña por medio de la Iglesia?

 

Conf.: Sí, estamos dispuestos.

 

Cel.:    Están dispuestos, con el fuego del Espíritu Santo a amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ustedes mismos?

 

Conf.: Sí, estamos dispuestos.

 

Cel.:    ¿Están dispuestos con la fuerza del Espíritu Santo, a dar testimonio de Jesús en todas partes, aunque tengan que sufrir por eso desprecio y persecución?

 

Conf.: Sí, estamos dispuestos.

RETIRO DE NIÑOS PARA

CONFIRMACIÓN

bottom of page