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                                                       Objetivo

                                                         Descubrir la acción transformadora del Espíritu Santo  en mi

                                                          vida, quien a través de sus dones y carismas me envía a la

                                                          Misión.

                                                       Oración

                                                         Señor que te haces presente hoy en el mundo por medio de tu

                                                           Espíritu Santo. Permítenos descubrir  tu obra salvadora hoy en

                                                           medio de los hombres, animándonos a vivir según el Evangelio,

                                                           fortaleciéndonos para vencer al pecado que está siempre al acecho, produciendo en nosotros frutos de bien.  Te pedimos Señor,  que nos unjas con el Espíritu Santo, que lo reciba en mi vida y que lo deje obrar, siendo dócil a su voz.

 Canto

Jesús envíame a mi Jesús Adrián Romero -LINK

Divino Espíritu bajad Discípulos de Jesús -LINK

El Espíritu De Dios Sigue Aquí - Luis Enrique Ascoy -LINK

Renuévame Marcos Witt -LINK

Misión continental -LINK

 

Hecho de vida

Un joven pregunta a su padre “¿Cuál es el significado de la vida?”, el padre del joven sacó una cajita que tenía guardada de la que sacó un espejito redondo no más grande que una moneda, luego le dijo: “Era niño cuando un día en la calle me encontré con un espejo, lo conservé este es. Comencé a jugar con él y me encantaba poder dirigir la luz que se reflejaba en él hacia lugares oscuros donde el sol no podía llegar: hoyos profundos, grietas, cuevas, etc. Conservé el pequeño espejo. Cuando ya crecí entendí que no era sólo el juego de un niño, sino la metáfora de lo que podía hacer en la vida; es decir si me dejo llevar por el Espíritu Santo que con todo lo que tengo y todo lo que soy puedo mandar la luz, la verdad, la comprensión, el amor, la bondad, la ternura, la caridad, el servicio, etc. hacia los oscuros rincones del corazón de los hombres y cambiar algo en ellos y si todos nos dejamos guiar y renovar por el Espíritu Santo haremos grandes cosas. Para mí en esto consiste el significado de la vida…

La vida nueva que comienza en nuestro bautismo debe crecer y desarrollarse, esto es renovarnos cada día por la fuerza del Espíritu Santo; debemos vivir cada vez más el modo de Jesús, más unidos a la Iglesia y más comprometidos en la construcción del Reino de Dios, asociarnos todavía más a su misión y ayudarnos a dar testimonio de la fe cristiana por la palabra acompañada de obras.

“Brille así su luz delante de los hombres, para que vean sus buenas obras y glorifiquen a su Padre que está en los cielos” Mt. 5, 16.

 

Iluminación

Al resucitar Jesús, se apareció a sus discípulos dándoles la orden de no apartarse de Jerusalén, sino que esperaran la promesa del Padre de la que tanto ya les había hablado a lo largo de su ministerio.


“Yo voy a enviar sobre ustedes la promesa de mi Padre. Permanezcan en Jerusalén hasta que sean revestidos con la fuerza que viene de lo alto”. Lucas 24, 49

“Serán bautizados en el Espíritu Santo dentro de pocos días” Hechos 1, 5


“Recibirán la Fuerza del Espíritu Santo que vendrá sobre ustedes y serán mis testigos en Jerusalén, Judea, Samaria y hasta los confines de la Tierra”. Hechos 1, 8

Cuando Jesús hablaba de la venida del Espíritu Santo, la llamaba “la Promesa del Padre”. Se trataba por tanto de un compromiso de Dios con los hombres a través de Jesús.

Jesús había venido a traer una Nueva Vida, pero ésta no se podía vivir sin un Espíritu Nuevo y un Corazón Nuevo, si Dios no cumplía antes la Promesa hecha antes a través de los profetas Ezequiel y Jeremías.


“Yo les daré un solo corazón y les daré un Espíritu Nuevo, quitaré de su cuerpo el corazón de piedra y les daré un corazón de carne para que caminen según mis preceptos, observen mis normas y las pongan en práctica y así sean mi pueblo y yo sea su Dios”. Ezequiel 11, 19-20.


“Esta será la alianza que yo pacté con la casa de Israel, después de aquellos días oráculo de Yahvéh- pondré mi ley en su interior y sobre sus corazones la escribiré: Yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo”. Jeremías 31, 33

El corazón del hombre sólo puede ser cambiado por Dios. Se necesita pues, la renovación interior del hombre por el Espíritu de Dios que lo transforme.


La novedad del evangelio no es Jesús dando una nueva ley, sino dándonos su Espíritu para que viva en nosotros: Gal 2, 20 Nos da de su Espíritu no sólo para que le conozcamos, sino para que podamos vivir su vida, siguiendo una conducta no según la carne, sino según el Espíritu.


Dios prometió su Espíritu no sólo para que se testificara con poder que Jesús había resucitado y estaba en la gloria del Padre, sino para activar su presencia salvífica en el seno de la Iglesia, y en el corazón de los creyentes haciendo vivir, amar, orar, servir a Cristo a través de cada uno.


La novedad del Evangelio no es una ley nueva, sino un Espíritu Nuevo que Jesús glorificado envía a los suyos para que puedan vivir la vida de Hijos de Dios. Jesús no sólo nos dio el derecho de podernos llamar hijos de Dios, sino que nos capacitó con su Espíritu, Espíritu de filiación divina, para que viviéramos como tales. (Rom 8, 15), (Gal 4, 6).


La obra de salvación no consiste nada más en ser perdonados de nuestros pecados, sino en la transformación de nuestro corazón en un corazón como el de Jesús.

 

Puntos principales a reflexionar entre nosotros:

A raíz de Pentecostés,  los apóstoles:

 a.- En verdad conocieron la persona y la misión de Jesús. Les testifico quién era Jesús y la verdadera dimensión salvífica para la que el Padre lo había enviado. Les enseñó el hondo significado de las palabras del Maestro. Los llevó hasta la verdad completa. Al conocimiento perfecto de la Verdad, de Cristo Jesús que es la verdad y la vida.


 b.- Transformó su corazón. Cambió su corazón de piedra por un corazón de carne, les dio el mismo corazón de Jesús. Comenzaron a tener los mismos intereses, sentimientos y criterios de Cristo. Ya Cristo vivía en ellos por medio de su Espíritu.


c.- Jesús Centro de su vida. Ya no buscaban ser servidos; sino servir, ser amados, sino amar; ser comprendidos, sino comprender. Experimentaron la verdad de aquellas palabras de Jesús: “Hay mayor alegría en dar que en recibir”. Hechos 20, 35


 d.- Comenzaron a testificar con palabras poderosas. Pedro tomó la palabra en nombre de toda la comunidad y con un discurso de unos minutos convirtió a tres mil almas. Era la obra del Espíritu que había transformado a aquellos hombres. Comenzaron a experimentar una fuerza nueva. Fuerza de lo alto que les hacía hablar en otras lenguas, curar enfermos, resucitar muertos y toda clase de signos, prodigios y milagros que manifestaban palpablemente la presencia de Cristo Salvador en medio de ellos.


 e.- Otro fruto: El nacimiento de la Iglesia, de la comunidad de los creyentes en Jesús. El ES no sólo es el alma y el motor de la iglesia, Él es su creador. Sólo los que tienen al ES le pueden pertenecer, y es el Es el que la anima. La vida de armonía, amor, paz, comunión que reinaba entre los apóstoles, era de tal manera nueva y atractiva que invitaba a todos a vivirla también: “Mirad como se aman”, decían los paganos cuando veían a los cristianos llenos de amor en el Espíritu Santo.

 f.-Glorificaban a Dios. Desde ese momento comenzaron a alabar y dar gracias a Dios siempre y por todo. Si los metían a la cárcel, cantaban salmos. Si los azotaban y perseguían daban gracias Dios. Si pasaban hambres alababan al Señor. Siempre estaban llenos del gozo del Espíritu Santo, aún en medio de las enfermedades y las tribulaciones. La gracia del Señor les bastaba. Todo lo consideraban basura en comparación del conocimiento y el amor del Señor Jesús

 

A la Luz del MAGISTERIO DE LA IGLESIA

  • Es el Espíritu Santo, enviado por el Padre y el Hijo, quien transforma nuestros corazones y nos hace capaces de entrar en la comunión perfecta de la Santísima Trinidad, donde todo encuentra su unidad. Él construye la comunión y la armonía del Pueblo de Dios. El mismo Espíritu Santo es la armonía, así como es el vínculo de amor entre el Padre y el Hijo… La evangelización reconoce gozosamente estas múltiples riquezas que el Espíritu engendra en la Iglesia.  EG117

  • El Espíritu Santo también enriquece a toda la Iglesia evangelizadora con distintos carismas. Son dones para renovar y edificar la Iglesia… son regalos del Espíritu integrados en el cuerpo eclesial, atraídos hacia el centro que es Cristo, desde donde se encauzan en un impulso evangelizador… Una verdadera novedad suscitada por el Espíritu… EG130

  • Las diferencias entre las personas y comunidades a veces son incómodas, pero el Espíritu Santo, que suscita esa diversidad… sólo Él puede suscitar la diversidad, la pluralidad, la multiplicidad y, al mismo tiempo, realizar la unidad.  EG 131

  • La confianza en el Espíritu Santo que actúa en la predicación no es meramente pasiva, sino activa y creativa. Implica ofrecerse como instrumento (cf. Rom 12,1)...EG 145

 

EL ESPÍRITU SANTO PROTAGONISTA DE LA MISIÓN (cap. 3 RM)

  • El Espíritu Santo es en verdad el protagonista de toda la misión eclesial; su obra resplandece de modo eminente en la misión ad gentes, como se ve en la Iglesia primitiva por la conversión de Cornelio (cf. Hch 10), por las decisiones sobre los problemas que surgían (cf. Hch 15), por la elección de los territorios y de los pueblos (cf. Hch 16, 6 ss). El Espíritu actúa por medio de los Apóstoles, pero al mismo tiempo actúa también en los oyentes: "Mediante su acción, la Buena Nueva toma cuerpo en las conciencias y en los corazones humanos y se difunde en la historia. En todo está el Espíritu Santo que da la vida" RM 31-32

  • "En el momento culminante de la misión mesiánica de Jesús, el Espíritu Santo se hace presente en el misterio pascual con toda su subjetividad divina: como el que debe continuar la obra salvífica, basada en el sacrificio de la cruz. Sin duda esta obra es encomendada por Jesús a los hombres: a los Apóstoles y a la Iglesia. Sin embargo, en estos hombres y por medio de ellos, el Espíritu Santo sigue siendo el protagonista trascendente de la realización de esta obra en el espíritu del hombre y en la historia del mundo".

 

Conclusión

 

Recibir al Espíritu Santo y sus Dones y carismas para que transforme nuestra vida y con su Amor cumplir con el mandato de “ir y hacer discípulos a todas las gentes" (Mt 28, 18-20).

 

Dinámica

 

          “Efusión del Espíritu Santo”…. Ver  la información del Anexo del tema o realizar la siguiente opción

MATERIAL:

  • Grabadora.

  • CD con cantos de ambientación.

 

PROCEDIMIENTO:

Animados porque sabemos que el Espíritu del Señor habita en nosotros juguemos con mucho entusiasmo. Esta dinámica se llama “Carrusel” y consiste en hacer dos ruedas, una dentro de la otra y dará vueltas al ritmo de la música. Una girará a la derecha y la otra a la izquierda, cuando la música se detenga también ellos lo harán y con la persona que quede frente a ellos en la otra rueda conversarán sobre la siguiente pregunta: ¿Qué sabes del Espíritu Santo?, después de un momento, nuevamente se pone la música y cuando la quitan, hacen la siguiente pregunta: ¿Qué hace el Espíritu Santo en las personas que lo dejan actuar en ellos? Se pueden agregar otras preguntas relacionadas al Espíritu Santo.

Para concluir todos dicen la siguiente oración.

ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

Espíritu Santo, ven y habita en mí.

Mueve mis manos, mueve mis pies, mueve mis labios

, mueve mi mente, mueve mi ser.

Se Tú el latido de mi corazón y la razón de mi existir.

Que vea tu presencia en mi diario vivir

Aumentando mí fe, mi esperanza

 

Compromiso

Dejarnos llevar por el Espíritu Santo para proclamar el Plan de Salvación que Dios tiene para cada uno de nosotros.

Oración final

Oh Espíritu Santo, Amor del Padre, y del Hijo, Inspírame siempre lo que debo pensar, lo que debo decir, cómo debo decirlo, lo que debo callar, cómo debo actuar, lo que debo hacer, para gloria de Dios, bien de las almas y mi propia Santificación. Espíritu Santo, Dame agudeza para entender, capacidad para retener, método y facultad para aprender, sutileza para interpretar, gracia y eficacia para hablar. Dame acierto al empezar dirección al progresar y perfección al acabar. Amén.

TEMA 5

"LA PROMESA DEL PADRE NOS ENVÍA A LA MISIÓN"

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