top of page

► Sentido del tema.
Enseñar a los jóvenes que para ser santos, no necesitan ser perfectos, sino más bien, enfrentar bajo la guía del Espíritu Santo, cada una de las situaciones que presentan sus ambientes. “Más bien, sean ustedes santos en todo lo que hagan, como también es santo quien los llamó; pues está escrito: «Sean santos, porque yo soy santo.»” 1 Pedro 1:15-16.
► Ambientación.
La ambientación del lugar debe ser decorado con cintas o telas de varios colores (recomendablemente rojo, azul, verde, blanco, amarillo) que simbolicen la alegría y la juventud. Puede estar en una pared un letrero que diga “Joven Santo, Alegría Eterna”.
► Bienvenida.
Se reciben a los jóvenes con canciones como “beepeme Señor” u otras canciones movidas que reflejen la alegría y el júbilo del joven en la Iglesia y que vive en Cristo. Acompañado de algunas dinámicas grupales y de integración o rompe hielo.
► Oración inicial.
(Se hace una invocación al Espíritu Santo, ambientado con una melodía de guitarra).
Señor, gracias por la oportunidad tan especial que nos regalas, por estar en tu presencia y estar aquí reunidos en tu nombre, para responder al llamado que nos haces de ser jóvenes santos y alegres en ti. Permite Señor que podamos entender todo lo que se exponga acá, a fin de que, lo pongamos en práctica en nuestros días. Dios, Rey del cielo y la tierra, te pedimos que, así como tu hijo Jesús nació de Santa María Virgen, nazca también en nuestros corazones la llama del amor y la entrega a ti, y que guíes nuestros pasos por el camino de la santidad y así encontremos la alegría que sólo viene de ti. Amén.
► Reflexión.
“Más bien, sean ustedes santos en todo lo que hagan, como también es santo quien los llamó; pues está escrito: «Sean santos, porque yo soy santo.»” 1 Pedro 1:15-16.
Como jóvenes, día tras día somos bombardeados con diferentes filosofías, ideologías y sobre todo por el consumismo. Somos un punto esencial para la sociedad, no sólo porque somos el “futuro” de este País, sino porque representamos la mayoría de la población, la cual en diversas situaciones nos hacemos indiferente ante las realidades y problemáticas existentes.
Además, también se suma la necesidad de aceptación ante la sociedad, en que nos exige estar a la “moda” o estar atentos a las últimas tendencias, sin importar los intereses o ideas personales, las cuales se deben aceptar para estar acorde con el ritmo insaciable y agotador de estos días. Entre estas cosas están el consumo de drogas, el consumismo salvaje, la vanidad, el alcoholismo, entre otros.
Ante todas estas situaciones, nos sentimos agotados y en algunos casos, existen jóvenes depresivos, porque utilizan las cosas materiales para satisfacer o llenar el vacío de la alegría o la paz que no brinda el mundo. Es muy triste ver como los jóvenes se preocupan más por aparentar algo que son, sólo para tener la aceptación de un grupo de personas.
En este mismo orden, también hay jóvenes que con todas las cargas del día (estudio, trabajo, problemas familiares o personales) buscan llenar ese vacío con cosas que no resultan beneficiosas, y tampoco reconfortantes.
Sin embargo, ante todas estas situaciones Jesús nos hace el llamado a que «Sean santos, porque yo soy santo.» 1 Pe. 1,16. Quizás te preguntes: “¿Yo, ser santo como Jesús?, eso está difícil, no puedo andar por ahí con un hábito o una sotana. No tengo vocación para la vida religiosa o sacerdotal. Pero Jesús no nos pide que seamos como los Santos de la historia, nos pide que seamos santos desde lo que somos, sirviendo con alegría y entusiasmos en todo lo que hacemos; que el hermano pueda encontrar la paz de Dios en ti; que reflejes serenidad, seguridad y, sobre todo que seas un modelo de fe, alegría y esperanza a tantos jóvenes que necesitan iniciar el camino de la santidad desde su modelo de vida.
«La vocación del cristiano es la santidad, en todo momento de la vida. En la primavera de la juventud, en la plenitud del verano de la edad madura, y después también en el otoño y en el invierno de la vejez y, por último, en la hora de la muerte» San Juan Pablo II.
En cada momento de nuestra vida como cristianos, nuestra vocación siempre debe ser la santidad. Como expresó San Juan Pablo II en su carta a los jóvenes titulada “Santos del Nuevo Milenio” es una guía y ejemplo maravilloso para el inicio de una vida en santidad.
¿Te atreves a descubrir que también puedes ser “Santo”?
Necesitamos Santos
sin velo o sotana.
Necesitamos Santos
de pantalones jeans y tenis.


Necesitamos Santos
que van al cine, oyen música y pasean con los amigos.
Navidad Juvenil 2019
Guiados por el Espíritu 24
Necesitamos Santos
que coloquen Dios en primer lugar,
pero que sobresalen en la universidad.


Necesitamos Santos
que buscan tiempo cada día para rezar y
que sepan enamorar en la pureza
y castidad, o que consagren su castidad.


Necesitamos Santos
modernos, Santos del siglo XXI con una espiritualidad
insertada en nuestro tiempo.


Necesitamos Santos
comprometidos con los pobres y
los necesarios cambios sociales.


Necesitamos Santos
que vivan en el mundo, se santifiquen en el mundo y
que no tengan miedo de vivir en el mundo.


Necesitamos Santos
que beban Coca-cola y coman hot dog, que usen jeans,
que sean internautas,
que escuchen discman. (ahora el Ipod, mp3,etc)


Necesitamos Santos
que amen la Eucaristía y que no tengan vergüenza
de tomar un refrigerio o
comer pizza el fin de semana con los amigos.


Necesitamos Santos
que les guste el cine, el teatro, la música,
la danza, el deporte.


Necesitamos Santos
sociables, abiertos, normales, amigos,
alegres, compañeros.


Necesitamos Santos
que estén en el mundo; y sepan saborear las cosas
puras y buenas del mundo, pero que no sean mundanos.

Este texto maravilloso presenta cada una de las cotidianidades de un joven, y no exige mucho, solo exige que nos entreguemos a Dios sin dejar de ser jóvenes, que podamos deleitarnos en su presencia con la Eucaristía; que podamos disfrutar de cada encuentro que tengamos con Jesús Sacramentado; que tengamos misericordia con los hermanos; condescendencia con los más pobres; que compartas con tu amigos sanamente, sin necesidad de exageraciones o excesos y, sobre todo, una vida alegre y llena de esperanza para trasmitir a los demás.
No es difícil estar en el camino de la santidad, si llevas como bandera la alegría, la oración y entrega todos los días de tu vida y, a Jesús en tu corazón. La clave de todo esto está en amar. El amor es la fuente más pura que puede curar cualquier situación. El amor es lo más extraordinario que se puede sentir, porque Dios es amor (1 Juan 4,8).
► Desarrollo del tema.
Se dividen en grupos de máximo 5 personas y responden las siguientes preguntas:
¿Cuáles son las cualidades de un joven santo?
¿Cuáles son los obstáculos que tienen los jóvenes para iniciar el camino a la santidad?
Después, en una cartulina o con la ayuda de instrumentos tecnológicos se escriben las dos preguntas, luego se presentan las repuestas de cada grupo, se hace un consenso de las respuestas, se escriben en la cartulina y se hace una breve reflexión de las respuestas.
En este mismo orden, se le pedirá a cada joven que escriba en una hoja pequeña o en su celular la siguiente pregunta: ¿Cuáles cosas me impiden iniciar mi camino a la santidad?, después la responden de forma personal y sin compartirlas.
Luego, se presenta la canción Para ser santo, del Ministerio Jésed.
https://www.youtube.com/watch?v=cKRyb8l5HuY
► Compromiso.
Me comprometo a determinar las cosas que me detienen para ser un joven santo, a trabajar día tras día con esto hasta conseguir la alegría en Jesús y vivir en santidad.
► Oración final.
Amantísimo Padre, bendito y alabo en el cielo y la tierra. Gracias por la oportunidad de estar en tu presencia. Te rogamos desde lo más profundo de nuestros corazones, que instruyas nuestros pasos por el camino de la santidad, que cada una de nuestras obras sean una alabanza y honra para ti.
Gracias por amarme y hacernos parte de tu plan de amor, que podamos reflejar esa alegría y esperanza que sólo viene de ti. Que el Espíritu Santo nos reconforte ante cualquier vicisitud para no desfallecer ante la misión que nos presentas. Te damos gracias y te lo pedimos porque Tú vives y reinas por los siglos de los siglos, Amén. Dios te salve María…

TEMA 8

JÓVENES SANTOS Y ALEGRES

11.jpg
bottom of page