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RETIRO DE NIÑOS PARA

LA CONFIRMACIÓN

Junio 2018

LA IGLESIA CONFIRMA NUESTRO

CRECIMIENTO EN LA VIDA CRISTIANA

 

 

  • ¿QUÉ BUSCAMOS?

 

                                                                    Comprender el significado del sacramento de la Confirmación para                                                                                    celebrarlo convencidos de nuestra decisión y compromiso con Jesús.

 

  • MIREMOS A LA VIDA

 

Jaime es un joven de la organización del barrio. Ha cambiado su vida totalmente, por eso habla antes y después de su Confirmación.

 

Así lo expresó:

“mi cambio empezó desde cuando me preparé para la Confirmación, me propuse cambiar y salir de las tinieblas en que estaba porque andaba perdido.

 

Era un joven muy independiente, por eso hacía cualquier cosa y para mí era lo mismo. Empecé a probar la droga, y seguí en ese camino. Luego vinieron otras experiencias, después los malos pensamientos y las malas obras que hicieron daño a los demás.

 

De repente me vino la idea de confirmarme y quise participar en la preparación. Poco a poco me dejó un mensaje: vivía la vida muy aislado de las personas, y pensé que en mi vida podía haber un gran cambio. Que si yo era así, ¿por qué no podría ser mejor? Fue muy tremendo, después de estar metido en cosas tenaces. El esfuerzo fue grande para dejar la droga.

 

Ahora veo que mi familia se interesa más por mí, y me trata diferente. Hasta con los propios vecinos hay un diálogo. Los sábados para mí son un día muy productivo porque vengo siempre con entusiasmo. He aprendido mucho en la catequesis. He crecido mucho espiritualmente.

 

La parroquia quiere que los jóvenes del barrio cambiemos, que seamos mejores porque cada uno de nosotros tiene un gran corazón para ayudar a los otros. Si yo pude cambiar otros también pueden.

 

¿Qué opinas del cambio de Jaime?

¿Crees que el Señor puede realizar una transformación en ti?

 

En la vida diaria empleamos la palabra “confirmar” para asegurar un compromiso que ya hemos adquirido, una noticia, un trato, un viaje. Por ejemplo: “el sacerdote confirmó que vendría el martes”.

 

Terminamos la iniciación en la vida cristiana con el sacramento de la Confirmación, en el que realizamos nuestro compromiso bautismal con la fuerza del Espíritu Santo.

 

En el bautismo nuestros papás y padrinos se comprometieron a ayudarnos con la educación de la fe, para que al crecer fuéramos seguidores de Jesús. Este compromiso bautismal no lo hemos realizado solos. Creemos que Dios actúa en nuestra vida, en nuestra historia.

 

                                                        En el bautismo recibimos el Espíritu Santo. Él empezó a iluminar nuestra mente,                                                           a impulsar y dar fuerza a nuestra acciones para poder conocer y amar a Jesús,                                                            para seguirlo y anunciarlo, para formar con nuestros hermanos y hermanas                                                                  una comunidad, signo de la presencia de su Reino.

 

                                                         Nuestro crecimiento en la vida cristiana lo confirman nuestros papás con                                                                         quienes vivimos, el maestro, el catequista, el párroco, la comunidad y                                                                                finalmente el obispo, nuestro pastor.

 

                                                        La presencia del Espíritu Santo, siempre se ha relacionado con unos dones o                                                                    regalos que cambian la vida de las personas.

 

                                                        El don fundamental del Espíritu es la VIDA: sin ella no tienen sentido los demás.

 

                                                         Hay unos dones que nos ayudan a conocer a Jesús y a comprender lo que nos                                                                   enseñó sobre su Padre y el Espíritu, sobre el Reino. Son los dones de: SABIDURÍA, DISCERNIMIENTO, CIENCIA.

 

Otros dones nos capacitan para llevar mejor la relación con los demás y servirles. Son los dones de la FORTALEZA y CONSEJO.

 

Con los dones de la PIEDAD y del TEMOR (RESPETO A) DE DIOS, vamos mejorando nuestra capacidad de celebrar y reconocer su amor, de proclamarlo como el verdadero Señor de la historia.

 

Al confirmar su participación en la vida de la iglesia, el joven toma conciencia de estos dones y se hace responsable de aprovecharlos para el cumplimiento de su misión como miembro de la iglesia.

 

Para entender mejor la acción del Espíritu Santo en el mundo y en cada uno de nosotros, podemos compararla con un árbol:

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

  • LA PALABRA DE DIOS NOS ILUMINA

 

Lectura del profeta Isaías (11,2):

Lectura de la carta de san Pablo a los Gálatas (5,22-23):

 

  • CELEBREMOS LA FE

 

                                            Colocamos 7 velas y hacemos un círculo alrededor de ellas. Vamos prendiendo cada                                                    una y realizamos la siguiente oración. A cada petición respondemos:

 

                                             R/. TE DAMOS GRACIAS SEÑOR

 

                                              - Por el don de la SABIDURÍA que nos ayude a comprender mejor el amor de Dios                                                             Padre/Madre.

 

                                              - Por el don del DISCERNIMIENTO que nos permite encontrar el camino del bien                                                                  trazado  por Jesús.

 

- Por el don de la CIENCIA que nos ilumina para comprender las maravillas de Dios en la creación y en cada uno de nosotros.

 

- Por el don de la FORTALEZA que nos invita a descubrir la raíz de nuestros males y las posibilidades de transformar el mundo para beneficio de todos y todas.

 

- Por el don del CONSEJO que nos invita a pedir ayuda y a confiar en los amigos, en los educadores, en la vos de nuestra conciencia.

 

- Por el don de la PIEDAD que nos mueve a celebrar el amor de Dios en la comunidad.

 

- Por el don del TEMOR DE DIOS que nos ayuda a reconocer nuestra condición de pecadores y la necesidad que tenemos de la salvación.

 

  • REALIZACIONES

 

Descubre en tu comunidad la presencia de los dones del Espíritu en algunas personas y el servicio que prestan:

Salmo 138

 

Señor, tú me llegas hasta el fondo y me conoces por dentro.

  Lo sé: me conoces cuando no paro o cuando no sé qué hacer.

  Mis ilusiones y mis deseos los entiendes como si fueran tuyos.

  En mi camino has puesto tu huella,

  en mi descanso te has sentado a mi lado,

  todos mis proyectos los has tocado palmo a palmo.

 

Tu oyes el corazón del hombre sumido en el silencio,

  cuando aún no tiene palabras para abrirse a ti.

  Es increíble: me tienes agarrado totalmente,

  me cubres con tu palma y me siento tuyo.

  Dios mío, quiero abrir mis brazos y abrazarte,

  quiero llegar hasta tu orilla y nunca toco tu tierra.

 

Me digo y no sé responderme:

  ¿A dónde iré que no sienta el calor de tu aliento?

  Me digo: ¿A dónde escaparé

  que no me encuentre con tu mirada?

  Cuando escalo mi vida y me supero, allí estás tú.

  Cuando me canso en el camino y me siento barro,

  allí, perdido en mi dolor, te encuentro a Ti.

 

Tú eres como manantial de donde brota el río,

  como raíz de donde arranca el árbol.

  Tu vida se ha hecho vida en mis entrañas,

  me has dado el origen

  y quieres que camine hacia la meta que no es otra sino tú.

 

Soy tuyo: sólo tu amor da respuesta a mi pregunta.

  Me amabas ya cuando me tejiste en el seno de mi madre.

  Te doy gracias porque me has llamado a ser feliz.

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