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4º Encuentro

(La Fe)

 

Objetivo:

Descubrir a Jesús como nuestro salvador para que su amor se evidencie en la fe que profesamos en la vida diaria.

 

Saludo y bienvenida

 

A continuación les recuerda el contenido de los tres encuentros anteriores enfatizando en el número 3 y llevando a los participantes a preguntarse que es lo que debemos hacer para  responder a la manera como Dios nos entregó a su hijo único para que muriendo y resucitando restaurara la relación rota por el pecado entre el Dios y el Hombre.

 

1. Experiencia de vida

 

El Misionero lee la siguiente historia:

 

EL ALPINISTA

 

Cuentan que un alpinista, desesperado por conquistar uno de los montes más altos del mundo, inició su travesía después de años de preparación, pero quería la gloria para él solo, por lo tanto subió sin compañeros.

 

Empezó a subir y se le fue haciendo tarde, y más tarde, y no se preparó para acampar, sino que decidió seguir subiendo. Decidido a llegar a la cima, de pronto oscureció.

 

La noche cayó con gran pesadez en la altura de la montaña, ya no se podía  ver  absolutamente  nada.  Todo  era  negro,  cero visibilidades,  no había luna y las estrellas estaban cubiertas por las nubes.

 

Subiendo por un acantilado, a sólo 100 metros de la cima, se resbaló y se desplomó por los aires... caía a una velocidad vertiginosa, sólo podía ver veloces manchas más oscuras que pasaban en la misma oscuridad y la terrible sensación de ser succionado por la gravedad.

 

Seguía cayendo... y en esos angustiantes momentos, le pasaron por su mente todos sus gratos y no tan gratos momentos de la vida, pensaba que iba a morir... Sin embargo, de repente sintió un tirón muy fuerte que casi lo parte en dos... SI, como todo alpinista experimentado, había clavado estacas de seguridad con candados a una larguísima soga que lo amarraba de la cintura.

 

En esos momentos de quietud, suspendido por los aires, no le quedó más que gritar: "Ayúdame Dios mío..."

De repente una voz grave y profunda de los cielos le contestó: "¿QUE QUIERES QUE HAGA?"

 

"Sálvame Dios mío".

 

"¿REALMENTE CREES QUE TE PUEDA SALVAR?" "Por supuesto Señor".

 

"ENTONCES CORTA LA CUERDA QUE TE SOSTIENE..."

 

Hubo un momento de silencio y quietud, él no podía entender lo que el Señor le estaba diciendo… - ¿Qué dices? ¿Quieres que corte la cuerda?- Sí, corta la cuerda… ¿confías en mí? – dijo el Señor.

 

Titubeó un poco para responder…. - Sí, claro que confío en ti pero… ¿Sálvame? - Dijo el Alpinista.

 

- Corta la cuerda, confía en mí, ten fe.- Le dijo el Señor.

- No puedo cortar la cuerda… no quiero morir-.  El hombre se aferró más a la cuerda y la logró enredar en sus piernas para no caer.

 

Cuenta el equipo de rescate que al otro día encontraron colgado a un alpinista congelado, muerto, agarrado con fuerza con las manos a una cuerda y con sus piernas enredadas en ella... A TAN SOLO UN METRO DEL SUELO...

 

2. Iluminación bíblica

 

Cada uno leerá en su Biblia el texto de Marcos. 5, 25-34,  luego de un silencio prudencial alguno de los asistentes leerá el texto en voz alta y procederán a realizar el estudio bíblico.

 

Estudio bíblico

 

¿Qué enfermedad sufría aquella mujer y qué había hecho antes de encontrarse con Jesús?

¿Qué hizo ella cuando se encontró con Jesús?

¿Qué le dijo Jesús y qué nos dice hoy a nosotros? ¿De qué nos salva la fe en Él?

 

Reflexión bíblica:

 

El encuentro entre Jesús y la hemorroisa está plagado de sentido para nuestra vida.  Nos encontramos con una mujer que lo ha gastado todo para poder quedar sana de  una enfermedad que no solo la tiene alejada de la comunidad, sino que además la llana de vergüenza. Esta mujer escucha hablar del profeta de Galilea y por lo que le dicen comienza a creer en él, en sus palabras, en sus obras. Es por eso que cuando Jesús se acerca a su pueblo ella sale a su encuentro y en medio de la multitud se conforma con tocarle al menos el borde de su manto para quedar sana. Es  tal  su  fe  que  una  fuerza  sale  del  maestro  aún  sin  él autorizarlo. Es la fe de esta mujer la que la lleva a ser sanada, es su confianza plena la que la llevará a tener una vida diferente a partir de ese momento.

 

3. Mensaje

 

La fe no solamente consiste en Creer en Dios, sino además en Creerle a Dios que es algo más profundo, pues no es creer en algo sino en alguien y en sus palabras, no solo en su existencia, sino sobre todo en su propuesta de vida.

 

Es confiar plenamente en el cumplimiento de las promesas de Dios y esperar pacientemente sin límites.  La fe es garantía de lo que se espera y certeza de las cosas que no vemos (Heb.11, 1).

 

Es la fe la que nos lleva a vivir y actuar de acuerdo con lo que creemos, pues de lo contrario sería tan solo una ideología.

 

La fe es una Gracia: “Cuando San Pedro confiesa que Jesús es el Cristo, el hijo del Dios vivo, Jesús le declara que esta revelación no le ha venido “de la carne y de la sangre, sino de mi Padre que está en los cielos” (Mt. 16, 17). La fe es un don de Dios, una virtud sobrenatural infundida por Él.  Para dar esta respuesta de la fe es necesaria la gracia de Dios, que se adelanta y nos ayuda, junto con el auxilio interior del Espíritu Santo, que mueve el corazón, lo dirige a Dios, abre los ojos del Espíritu y concede a todos gusto en aceptar y creer la verdad” (CIC. #153).

 

La fe nos lleva a vivir la realidad de la salvación (Rm. 5, 1-2).

 

A los que creen se les da el poder de llegar a ser hijos de Dios (Jn1, 12); y como hijos, también sus herederos.

 

4. Compromiso

 

Por parejas, compartirán las siguientes preguntas:

 

¿En qué momentos de tu vida has sentido que tu fe se ha hecho débil? ¿Por qué?

¿Qué cosas en tu vida te han hecho fortalecer tu fe?

¿Detectas en tu vida personas que hacen que tu fe se debilite?   ¿Por qué?

¿Qué personas a lo largo de tu vida han servido de ejemplo en la fe o la han alimentado con sus palabras o con su manera de actuar?

¿Le pides a Dios en la Oración para que aumente tu fe?

¿Qué podrías hacer para aumentar tu fe? (redactarlo a manera de compromiso)

 

5. Celebración

 

Cada uno en su Biblia realizará de manera mental la lectura del salmo 26, luego en ambiente de oración regresarán sobre aquellas partes que más iluminan su vida.  

 

Compartir en el grupo si lo ven conveniente.

 

Salmo 26

 

El Señor es mi luz y mi salvación.

 

Pueden concluir con el siguiente canto a manera de letanía:

 

Todos: En Dios pongo mi esperanza  y  confío  en  su Palabra.

 

Lector: Me sacó de la fosa fatal, del fango cenagoso; asentó mis pies sobre la roca; mis pasos consolidaron.

 

Todos: En Dios pongo mi esperanza y confío en su Palabra.

 

Lector: Puso en mi boca un canto nuevo una alabanza a nuestro Dios; muchos verán y creerán y en Jesús confiarán.

 

Todos: En Dios pongo mi esperanza y confío en su Palabra.

 

Lector: En ti se gozan y se alegran, todos los que te buscan; repitan sin cesar: ¡qué grande es nuestro Dios!

 

Todos: En Dios pongo mi esperanza y confío en su Palabra.

 

Puede compartirse al final las impresiones de la celebración

 

6. Para  la casa

 

Leer el texto de Lucas  19, 1-10, y reflexionarlo o hacerlo oración.

Kerigma 7, Misión

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