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5º Encuentro

(La Conversión)

 

Objetivo:

Comprender  en nuestra realidad  de pecadores  la llamada incesante de Dios, para que conscientes de su sacrificio por nosotros deseemos convertirnos.

 

Saludo y bienvenida

 

El Misionero saluda a los asistentes y los anima a seguir el proceso que han iniciado en esta Misión Diocesana, puede recordarles el Objetivo general de la Misión y volver sobre las actitudes que cada uno mencionó en el tema uno para poder llevar a cabo en nuestra Diócesis y en nuestras vidas este objetivo.

 

1. Experiencia humana

 

El Misionero leerá la siguiente historia:

 

Y JESÚS PAGÓ  EL PRECIO

 

En cierta ocasión, durante el sermón de la Eucaristía del Domingo de pascua, el Padre puso en el centro del altar una jaula de pájaros vieja, rota y sucia.  Toda la iglesia se quedo sorprendida y murmuraban entre ellos.  Imaginándose sus comentarios, el Padre habló de esta manera: Ayer cuando caminaba por el pueblo observé a un muchachito que se dirigía hacia mí con una jaula moviéndola de un lado a otro. En su interior había tres pajaritos, temblorosos con frío y miedo. Detuve al muchachito y le pregunté:

 

-¿Qué llevas allí, hijo mío?

- Sólo unos pájaros viejos" me respondió.

-¿Qué vas a hacer con ellos?- le pregunté.

-Los voy a llevar a casa y pienso divertirme un poco con ellos. Les voy a molestar, arrancarles las plumas, hacerlos pelear entre ellos. Espero divertirme y pasarlo muy bien"-, fue su respuesta.

 

-Pero tarde o temprano te cansarás de esos pajaritos, ¿verdad?

¿Qué harás con ellos?- le dije.

 

"¡¡¡Oh!!!! Yo tengo gatos. A ellos les gustan los pajaritos. Cuando me canse se los echaré a ellos-, respondió el muchacho. Guardé silencio por un momento y luego le pregunté:

 

¿Por cuánto me vendes esos pajaritos, muchacho?

-¡¡¡¿¿UH??? !!!! ¿Por qué le interesan a usted estos pájaros, señor? Son únicamente unos pájaros viejos, no cantan y… ¡¡ni siquiera son lindos!!"

 

-¿Cuánto?-, volví a preguntarle.

El muchachito  me miró pensando que me había vuelto loco y entonces me pidió: -$10.000 pesos.

 

Saqué 10.000 pesos del bolsillo y se los entregué.

Tan pronto recibió el dinero, el muchacho desapareció.  Levante la jaula con bastante cariño y cuidado, la llevé a un pequeño parque donde habían árboles y frutas, abrí la jaula y dando unos suaves golpes hice que los pájaros volaran libremente.

 

Esta era la razón por la cual la jaula estaba vacía sobre el Altar. El Padre continuó diciéndoles:

 

Un día Jesús y el Diablo se pusieron a conversar. El Diablo acababa de llegar del Jardín del Edén, y se notaba que estaba contento y alegre: Sí, Señor, acabo de apoderarme del Mundo entero con toda su gente. Les tendí una trampa. Utilicé una carnada que sabía que no la iban a poder resistir. ¡¡¡¡Los ATRAPE!!"

 

-"¿Qué vas a hacer con toda esa gente?"-, le preguntó Jesús.  El Diablo le respondió:

"¡Oh, voy a divertirme! Les voy a enseñar a casarse y divorciarse. Que se odien y abusen unos de otros. Les enseñaré a beber, fumar y maldecir. Les voy a enseñar cómo fabricar armas y bombas para que se maten entre ellos… Sí que Voy a divertirme!!"

 

-"¿Y qué harás luego con ellos después de todo eso?"-, le preguntó

Jesús.

-"Oh, matarlos"-, respondió el diablo sin remordimiento alguno.

 

-"¿Cuánto quieres por ellos?"-, le preguntó Jesús.

El Diablo le respondió: "Oh, no Tú no quieres esa gentuza. ¡No sirven para nada!, si los recoges sólo te odiarán. Te escupirán en la cara, maldecirán  Tu  nombre  y  acabarán  matándote.  ¡¡Créeme  no  vale  la pena!!"

 

- "¿Cuánto?"-, volvió a preguntar de nuevo Jesús.

El Diablo miró a Jesús y con odio, astucia y malicia le respondió:   - "¡¡¡Toda tu sangre, tus lágrimas y TU vida!!!"

Jesús le contestó: -"¡¡¡HECHO!!"-, y pagó el precio.

 

El  Padre  levantó  la  jaula  en  alto,  abrió  la  puerta  y se  marchó  sin pronunciar más palabras.

 

¿Acaso no resulta curioso cómo mucha gente habla mal de Dios y después se preguntan por qué nuestro mundo cada vez está peor?

 

¿Acaso no resulta curioso cuando alguien dice "Yo creo en Dios pero sigue al camino del mal? (quien, por cierto también cree en Dios).

 

2. Iluminación bíblica

 

El Misionero leerá el texto de Lucas  19, 1-10, los demás lo seguirán en sus biblias;  luego por equipos  se leerá nuevamente  por uno de los integrantes y procederán a realizar el estudio de evangelio.

 

Estudio de evangelio

 

Si lo ve necesario el Misionero puede compartir con los asistentes los siguientes interrogantes:

 

¿Qué opinas de la historia que leímos al comienzo?

¿Qué opinas de la actitud del sacerdote que compra los pájaros para luego abrir su jaula?

¿Con qué podrías comparar esa jaula en tu vida?

¿Crees que esa jaula los tenía esclavizados?

¿Es justo el precio que pagó el padre por unos pájaros que luego soltaría?

 

En cuanto a la lectura del evangelio:

 

¿Por  qué  Jesús  se  mete  con  una  persona  de  tan  dudosa reputación?

¿Ves bien que él se hospede en su casa?

¿Para qué lo hizo?

¿Valdrá la pena que Jesús se arriesgue tanto con Zaqueo: mala fama, malas compañías, que no lo escuche, que no cambie?

¿Crees que justifique el que nosotros busquemos una manera de vivir más acorde al querer de Dios, en respuesta a lo que él ha hecho por nosotros y obviamente en beneficio nuestro y de aquellos que amamos?

 

3. Mensaje:

 

El  encuentro  de  Jesús  con  Zaqueo  es  un  ejemplo  de  conversión  y adhesión a Jesús, con sus consecuencias. Describe una experiencia muchas veces repetida a lo largo de la historia: la de todos aquellos que cambiaron de vida después de haberse encontrado personalmente con Jesús, y experimentar que los conoce profundamente.

 

A Jesús  verdaderamente  no párese  importarle  qué  hace  Zaqueo,  le importa quién es Zaqueo y todo lo que puede llegar a ser si deja al Señor SER en su corazón, es decir, si lo deja actuar como Dios en su vida, si se deja transformar por él.

 

Hay Cristianos que se consideran muy cercanos a Dios pero que permanecen  fríos y en tinieblas; no basta estar cerca de Dios, sino presentarle la cara, la cara de nuestras faltas, nuestros pecados,  para que sea él quien la ilumine y transforme.  Él ya ha pagado el precio por nosotros y en su amor es posible experimentar el cambio total en la vida mediante la gracia de la conversión.

 

Convertirse es nacer de Nuevo: El que  no  nazca  de  lo alto no puede  ver  el Reino de Dios (Jn.  3,3).   Nacer de nuevo significa estar dispuesto a comenzar otra vez, pero ahora como hijos de Dios. Vivir en abundancia la vida que nos anuncia Jesús, que es:

 

  • Renovación de la mente (criterios, esquemas, prioridades, valores) de acuerdo al evangelio.

  • Cambiar   el   corazón   (sentimientos,   afectos,   intenciones)   de acuerdo a Jesús.

 

Por tanto el que está en Cristo, es una nueva creación; pasó lo viejo, todo es nuevo (2 Cor. 5, 17).

 

Convertirse es cambiar de Vida:

 

  • Es morir a sí mismo, convertirnos de siervos de Dios a Hijos del Padre y en hermanos de Jesucristo; es pasar de esclavos a justos y de justos a hijos; de no hacer el mal a nadie, a dejar que Dios haga lo que él quiera en nuestras vidas.

  • Convertirse es pasar de las tinieblas a la luz: Salir  de  la  oscuridad  del  pecado  y  comenzar  a  vivir  en  la verdadera luz (1 Pe. 2, 9).

  • Renunciar a toda situación de pecado o actitud pecaminosa.

 

Acepta a Jesús, lo cual te implicará renunciar a todo lo que es contrario al amor de Dios, al respeto por la dignidad de los demás, a la mentira, a la falta de perdón...

 

Síguelo con decisión: es decir, conócelo, trátalo más, hazlo tu salvador, búscalo para enfrentar con él los problemas que a diario tienes, comprométete en realizar lo que el hacía, acepta los motivos que lo movían siempre: por amor a su Padre, hacer siempre el bien a los hermanos. Decídete y repítele: “pase lo que pase, ya no me soltaré de tu mano”.

 

4. Compromiso

 

Cada uno de los asistentes buscará a la persona que en el grupo más confianza le genere y con quien más amistad tenga, con ella, en un diálogo fraterno hablaran sobre aquellas actitudes de pecado que están dispuestos  a  convertir  en  el  proceso  de seguimiento  del  señor.    Al terminar el ejercicio se motiva un momento de oración espontánea pidiendo la fuerza para convertirnos al Señor.

 

5. Celebración

 

Por parejas leerán el Salmo 24 en ambiente de oración y comentarán aquello que más les ha gustado, luego si es posible se comparte entre todo el grupo, terminando con unas plegarias comunitarias.

 

6. Para  la casa

 

El Misionero motivará  a los asistentes para que lean los textos que les presentamos y respondan las preguntas.

 

Textos

 

(Zaqueo) Lc. 19, 1-10

(María Magdalena) Lc. 8, 1-2

(El Ladrón en la Cruz) Lc. 22, 39-49

(La mujer adúltera) Jn. 8, 1-11

(Pablo) Gal. 1, 11; 2, 21

 

Preguntas

 

¿Cuál es el personaje que se convierte en el texto?

¿Qué hace para demostrar su deseo de conversión?

¿Qué es lo que yo tengo que cambiar?

Kerigma 7, Misión

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