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Kerigma 7, Misión

CONSIDERACIONES PREVIAS

 

El kerigma es un elemento dinámico de la acción misionera de la Iglesia. En un sentido

amplio se puede entender como abarcador del ámbito pastoral de la  palabra: "misión,  

evangelización,  catequesis,  catecumenado  y compromiso".

 

La Iglesia limita, sin embargo, el concepto a esta dimensión o momento de la acción  misionera  en  el  que  se  manifiesta  el  núcleo  mismo  del  misterio cristiano:  "LA  PERSONA  DE  JESUCRISTO  MUERTO  Y  RESUCITADO".

 

El Papa Juan Pablo II nos diría que " la evangelización también debe contener siempre -como base, centro y a la vez culmen de su dinamismo - una clara proclamación  de  que  en  Jesucristo,  se  ofrece  la  salvación  a  todos  los hombres,  como  don  de  la  gracia  y  de  la  misericordia  de  Dios"  (RM  44).

 

ASPECTOS BÍBLICOS

 

En el Nuevo Testamento encontramos que el kerigma es: "EL ACTO DE PROCLAMAR Y EL CONTENIDO MISMO DEL MENSAJE PROCLAMADO".

 

El sujeto de esta acción es: Un mensajero cualificado. Autorizado y elegido para este fin. Por consiguiente, "NO TODAS LAS PERSONAS PUEDEN PROCLAMAR ESTE MENSAJE" El objeto directo del verbo "proclamar" o el contenido del kerigma no es otro que:

 

  • Evangelio (1 Tés. 2,9; Gal. 2,2; Mc 1,14; Mt. 4,23).

  • Cristo Jesús (1 Cor. 1,23; 2 Cor.20, 25).

  • Reino de Dios (Lc. 8,1; Hech 20,25)

  • La vida, pasión - muerte y resurrección de Cristo (Mt. 4,23; 9,35).

 

En estas cuatro expresiones encontramos un mismo contenido y una llamada que se dirige a todos los oyentes comprometiéndoles y urgiéndoles.

 

El kerigma se encuentra ya presente:

 

  • En la vida terrena del Salvador: PROCLAMA EL REINO DE DIOS.

  • SE PROLONGA EN LA VIDA Y EN EL TRABAJO de los apóstoles y de la entera comunidad cristiana.

  • La comunidad cristiana encuentra el sentido y el fin primordial de la acción y presencia en el mundo en el acto de proclamar el kerigma.

  • En la forma como "el kerigma" es presentado en el Nuevo Testamento contiene: "UN ESQUEMÁTICO COMPENDIO DE LA VIDA, MUERTE Y EXALTACIÓN DE CRISTO".

 

Tiene por tanto un componente de relato histórico, inserta a Cristo en la historia, partiendo de su humillación y preexistencia, y llegando a su resurrección y exaltación lo anuncia como el acontecimiento definitivo y escatológico.

 

De esta idea, concluimos que el kerigma es una intervención viva y actual de Dios presente por la palabra del mensajero que no se guarda nada de lo que le han dicho, (Hech 24,12) y cuya palabra es mediadora de la oferta de salvación presente en este acontecimiento.

 

Lo decisivo del kerigma es la acción, la proclamación. Por la proclamación del hecho viene:

  • El Reino de Dios.

  • Se hace real el Evangelio.

  • Cristo se hace presente.

  • La Palabra de Dios se pronuncia y actúa.

 

El kerigma apostólico era algo más que el anuncio de un mensaje. Pablo fue a Corintio a llevar el mensaje y lo que distinguía a su mensaje de otros mensajes no era lo que había de "palabra" en el Kerigma, sino lo que había de Espíritu. Lo que tiene de fuerza y poder del Espíritu es lo que distingue al kerigma de otros actos de "palabra" también presentes en la acción pastoral y evangelizadora.

 

REFLEXIÓN TEOLÓGICA

 

El kerigma es para la Iglesia una de sus formas de vida y actividad esenciales, imprescindibles e insustituibles porque es:

 

  • EL HECHO DINÁMICO Y PROGRESIVO DE LA SALVACIÓN ACTUADA POR CRISTO.

  • PROCLAMADO POR LA IGLESIA.

  • EN CUYO SENO SE REALIZA VISIBLEMENTE LA FUERZA OPERANTE DEL KERIGMA.

 

El kerigma tiene unos rasgos bien definidos:

 

  • Es un relato de la revelación divina cuyo condensado núcleo se encuentra en el misterio pascual. Presupone la Palabra de Dios y está vinculado a todo lo que esta palabra manifiesta de la actividad salvífica de Dios en el pasado, presente y futuro.

 

  • Es un relato vinculado siempre a la historia de la salvación. El kerigma se vacía de Espíritu y deja, por lo tanto, de servir a la Palabra de Dios cuando se empobrece o se anula esta vinculación a la historia de la salvación. Es íntegro. No se puede añadir ni omitir nada. El kerigma prohíbe al portador la imposición de valoraciones y exigencias propias o su rebaja.

 

  • Es actual. Si en el kerigma, como hemos dicho, se da la presencialización y actualización de la palabra divina, no puede permanecer en el pasado, sino que debe ser traída constantemente al presente y dicha a cada uno de los hombres.

REFLEXIÓN PASTORAL

 

Aquí se pretende dar algunas pistas pastorales a los "Equipos Misioneros Parroquiales" a la hora de salir a dar el anuncio kerigmático.

 

No hay predicación kerigmático atemporal ni utópica aunque siempre sea escatológica. Será necesario que la predicación vaya siempre acompañada de: "FORMAS NUEVAS Y ADAPTADAS A LOS TIEMPOS".

 

El enviado tendrá que tener un conocimiento realista y objetivo del hombre hoy y de su entorno para poder anunciar el kerigma como la respuesta clarificadora, liberadora y absolutamente fiel a estos problemas y situaciones.

 

La predicación tiene que hacer patente la soberanía divina, instaurada a través de Cristo, como la verdadera libertad frente al predominio de las ideologías al servicio de los ídolos y la realidad salvífica que da plena sentido a la existencia humana frente al nihilismo.

 

El testimonio de vida del significado de Jesús en la vida del predicador o mensajero dentro del contexto y del conjunto de formas actuales de vida.

 

  • No debemos olvidar lo que nos dice San Pablo en 2 Cor 3,3: SOLAMENTE PUEDE HABER KERIGMA CUANDO LA PALABRA ES ANUNCIADA Y VIVIDA.

 

  • LA VIDA ES LA MEJOR INTERPRETACIÓN Y ADAPTACIÓN DEL KERIGMA A TODOS LOS TIEMPOS Y SITUACIONES.

 

PASOS A SEGUIR EN LA IMPARTICIÓN DEL KERIGMA

 

EL/ LOS SACERDOTES CON EL EQUIPO MISIONERO PARROQUIAL:

  • Se eligen el sector o sectores donde se va a impartir el kerigma.

  • Se ubican un centro de  reunión o de oración en el sector para reflexionar el kerigma (los temas aquí propuestos).

  • Los misioneros salen e imparten el kerigma (sintético).

  • Aquellas personas que han recibido el kerigma (inicialmente en sus casas) se les invitan a asistir a los centros de reunión donde se profundizará el kerigma.

  • Cuando se haya acabado de reflexionar los siete temas propuestos (se sugiere uno por semana)  y el catequista o misionero encargado del sector crea que están preparados se les invita a un retiro de evangelización.

  • Acabado el retiro de evangelización, se continúa con el contenido de las cartillas restantes formando así una pequeña comunidad donde las personas, por medio de una catequista, profundizarán, vivirán, celebrarán su fe y tomarán nuevos impulsos para llevar a cabo la acción misionera.

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