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TEMA 1:

Niño y Niña: Dios está con nosotros y

nos llama a estar con él

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«Yo estoy con ustedes todo los días los días hasta el fin del mundo» Mt. 28, 20

 

Objetivo:

Ayudar a reflexionar a los niños en el amor de Dios, que está entre nosotros y en la

invitación que nos hace a estar con Él.

Para tener en cuenta:

Llevar el título del tema escrito en una cartulina.

  • Copias de la oración de inicio y final o escribirlas en cartulina, para que todos la lean.

  • Tener un lugar adecuado para la proclamación de la Biblia

  • Caja pequeña

  • Biblia

  • Imagen de Jesús, tamaño cartera, para dar a cada niño; en el reverso de la imagen pegar variadas imágenes, enfermos, niños, mamás, papás, etc. (de no ser posible esto, llevar una Imagen grande visible para todos)

  • Cáliz y Copón.

 

Bienvenida:

Hola niños y niñas es un gusto que estén aquí para vivir este retiro espiritual, sean todos bienvenidos y bienvenidas.

En estas horas reflexionaremos en el amor de Dios Padre, la entrega total del Hijo que salva, en la fuerza del Espíritu que anima a la Iglesia y en María nuestra Madre que nos une en comunión y nos conduce a Dios. En ambiente de oración y recogimiento vamos a dar inicio a este encuentro con el Señor, Él nos conoce y espera que le respondamos.

 

Oración inicial:

DIOS NO ES UNA IMAGEN DE MADERA

Dios no es una imagen de madera, ni tampoco un señor que está dormido, Dios me habla, Dios me llama, ¡Dios, mi Padre que me ama! Dios no es una imagen de madera, Dios mi Padre que siempre va conmigo, que me habla lo mismo que un amigo, que me ofrece su vida y su amistad.

Dios es fiel compañero en mi camino, que con gozo y amor me ha acompañado, que, si a veces me alejo de su lado, me sonríe y me vuelve a perdonar. Dios me habla, Dios me llama Dios mi Padre que me ama.

 

Canto:

TAN CERCA DE MÍ

                       VEAMOS

                       Comentar el siguiente relato:

 

En la familia de Natalia desde hace un tiempo están pensando cómo es que resolverán sus problemas económicos, hay dos soluciones: la primera es cambiarse de lugar toda la familia o aceptar la propuesta de trabajo en otra ciudad que le han hecho a Don Damián papá de Natalia, es una preocupación que la ha puesto triste porque quiere mucho a su papá, ella sabe que el amor que les tiene es muy grande tanto que él se sacrificaría por ellos.

Como todos se imaginaban llegó el momento de escuchar la decisión de Don Damián, y ha decidido aceptar el trabajo. Ha llamado a Natalia para platicar con ella de algunas cosas que quiere que tenga en cuenta y nos las olvide en su ausencia. Le ha dicho cuanto la quiere, y lo mucho que le cuesta tener que separarse, pero que lo hace porque es la manera de como todos estarán mejor, le ha dado algunos consejos: que ayude a su mamá cumpliendo con sus deberes, tanto en la casa como en la escuela, que tenga la seguridad de que él la tendrá presente en su corazón, y antes de terminar la plática le ha entregado una cajita en la que guarda su pluma favorita y un rosario que su mamá le había entregado antes de morir, ambos objetos a él le significan mucho y sabe que ella los usará y los conservará; también le da unas fotos especiales que Natalia no había visto antes, y por último le ha dicho que cada vez que se sienta triste, mire las cosas y las fotos, le rece una pequeña oración a Dios por él y él estará rezando por ella.

Como él quiere tanto a su esposa y a sus hijos: venderá su carro que tanto quiere para dejarles algo con lo que puedan pasar, mientras les puede mandar de su nuevo trabajo; les llamara por teléfono, vendrá a verlos siempre que pueda, porque será la manera de hacerles saber que se preocupa por ellos y que quiere que estén con él.

 

1. ¿Qué fue lo que sucedió en la familia de Natalia?

2. ¿Qué medios usó el papá para hacerle saber a Natalia y a su familia que los quería?

3. ¿Qué le recomienda a Natalia?

4. ¿Qué va a hacer el papá de Natalia para tratar de estar cerca de su familia?

 

Hay muchas familias como la de Natalia que están pasando por momentos difíciles y tienen que tomar decisiones importantes para resolver sus problemas, a veces es necesaria la separación física, sin embargo; la distancia no es impedimento para tener la certeza de que siguen presentes, unidos con nosotros y nos demuestran el amor que nos tienen de una y de otra forma.

 

 

                     PENSEMOS

 

                     Procesión solemne con la Sagrada Escritura

Ahora vamos a dar la bienvenida a la Palabra de Dios que es la que nos hace sentir cerca su amor y su presencia y en este encuentro con ella escucharemos cómo iluminará nuestras vidas; para recibirla vamos a cantar: «Tu palabra me da vida»…

 

La palabra de Dios nos dice.

Mc 3 13-19 «Entonces Jesús subió al cerro y llamó a los que él quiso, vinieron a él. Así constituyo a los Doce, para que estuvieran con él y para enviarlos a predicar. Estos son los nombres de los doce: Simón a quien puso por nombre Pedro, Santiago y su hermano Juan, hijos de Zebedeo, a quienes puso el nombre de Boanerges, es decir, hijos del trueno; Andrés; Felipe; Bartolomé; mateo; Tomas; Santiago, el hijo de Alfeo; Tadeo; Simón el cananeo, y Judas Iscariote, el que después lo traiciono.

 

1. ¿Qué dice la lectura?

2. ¿A quiénes llamo?

3. ¿Para qué los llamó?

 

Jesús sabe que no siempre podrá estar en este mundo con nosotros y que son muchos los que necesitan de su presencia por eso elige a «12» para que estuvieran con Él, para que aprendieran de su cercanía y de su amor incondicional por cada uno de ellos y para enviarlos a predicar ese amor. Gracias a sus apóstoles y sus sucesores, que son el Papa, los Obispos, Sacerdotes, religiosos y laicos comprometidos como nuestros catequistas y papás, hemos oído hablar del gran amor que Dios nos tiene y lo hemos visto presente en las celebraciones de los sacramentos, especialmente en la eucaristía, y nos han enseñado a saberlo descubrir presente en cada uno de nuestros hermanos, a reconocerlo en los acontecimientos y en la naturaleza que es como las huellas de su infinito amor por cada uno de nosotros.

 

Esta noticia de amor por ti y por mí es lo más grande que nos puede pasar, no hay nada que nos haga más felices que esto: su amor presente en cada uno de nosotros, su presencia para siempre como nos lo prometió también a través de sus discípulos «Yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo» (Mt 28,20). Ojo, esa invitación que hizo un día a sus apóstoles para estar con él y enviarlos a predicar la sigue haciendo para ti y para mí. Somos afortunados, solamente necesita nuestra respuesta para seguir realizando su misión en el mundo.

 

La Iglesia nos recuerda «en todo tiempo y en todo lugar Dios ésta cerca del hombre. Lo llama y lo ayuda a buscarlo, a conocerlo y amarlo con todas sus fuerzas. En El y por El llama a todos los  hombres a ser, en el Espíritu Santo, sus hijos de adopción y por tanto partícipes de su vida bienaventurada. Para que esta llamada resuene en toda la tierra,

Cristo envió a los apóstoles que había escogido, dándoles el mandato de anunciar el Evangelio. (CIC 1, 2).

 

Podemos decir que la singular manera de estar Él entre nosotros se encuentra en la «La presencia eucarística de Cristo que comienza en el momento de la consagración y dura todo el tiempo que subsisten las especies eucarísticas. Cristo esta todo entero presente en cada una de las especies y todo entero en cada una de sus partes, de modo que la fracción del pan no divide a Cristo». (CIC 1377)

 

Y en «El sagrario (tabernáculo) estaba primeramente destinado a guardar dignamente la eucaristía para que pudiera ser llevada a los enfermos y ausentes fuera de misa. Es grandemente admirable que Cristo haya querido hacerse presente en su Iglesia de esta singular manera. Puesto que Cristo iba a dejar a los suyos bajo forma visible, quiso darnos su presencia sacramental; puesto que iba ofrecerse en la cruz por nuestra salvación quiso que tuviéramos el memorial de amor con que nos había amado «hasta el fin» (Jn 13,1), hasta el don de su vida. En efecto en su presencia eucarística permanece misteriosamente en medio de nosotros como quien nos amó y se entregó por nosotros (Cf Ga 2,20) y se queda bajo los signos que expresan y comunican este amor. (CIC 1379-1378)

 

Así es, Dios se ha quedado con nosotros y se ha quedado para siempre porque nos ama a cada uno, pero no solamente quiere que sepamos que esta entre nosotros, él quiere que le sigamos. Cuando Jesús nos llama lo hace de manera personal, se trata de una «respuesta de amor a una llamada de amor».

 

Respuesta que en nuestro tiempo manifestamos en acciones concretas, por ejemplo cuando vamos al templo para platicar con Él, pero también cuando sabemos de algún enfermo y lo visitamos, cuando estamos muy contentos viendo la televisión, pero la dejamos para ayudar en la tarea a nuestros hermanos, cuando dedicamos tiempo para platicar con nuestros amigos pero también cuando lo visitamos de manera especial en el Sagrario

 

Este amor recibido de Dios se manifiesta en las actitudes de comunión con Dios y los hermanos, ahí donde a diario nos encontramos con la familia, en el trato con los adultos, en la convivencia con nuestros amigos, en el salón de clases, en el empeño y alegría que hay cuando se está en la escuela, en las ganas que se demuestra cuando cada domingo participamos como familia en la Eucaristía, en las dificultades que nos preocupan y que solucionamos con el diálogo familiar y la oración a Jesús en el sagrario; en el interés y compromiso con aquellos a quienes podemos ayudar. Ahí es donde hay que poner atención porque Dios está presente y quiere que con nuestro modo de vivir otros también lo puedan descubrir.

 

                              ACTUEMOS

 

                              Dios nos ama mucho y por eso nos ha dado a su Hijo. Por medio de Él hemos descubierto que está en todos, y en todo lo que nos rodea, hemos experimentado su amor en varios momentos de nuestra vida, desde el día en que nacimos, en los cuidados de nuestros padres, buenos maestros y catequistas, en tantos regalos que él no se cansa de hacernos. Este amor solamente necesita ser correspondido.

 

Actividad:

  1. Dibuja las distintas formas en las que descubres la presencia de Dios que te ha amado y te ama.

  2. ¿Cómo puedes corresponder a este amor y responder a esta invitación que Él te hace para que estés tú también con Él?

  3. Escribe dos cosas que tú estés dispuesto a hacer el día de hoy.

 

                       CELEBREMOS

                      Se entregan los signos y el comentario que corresponde a cada uno de ellos a diferentes niños y niñas. La                                         catequista motiva para concluir en actitud de oración, gratitud y alabanza)

 

Catequista: Por medio de esta celebración agradecemos el amor que Dios nos tiene y su presencia en muchos signos, especialmente en Jesús Eucaristía. Le agradecemos también porque nos llama a estar con Él, para anunciar con nuestra vida, esta presencia real a nuestros hermanos.

 

Niño: Cáliz y Copón: Vamos a contemplar este cáliz y este copón en ellos Jesús se hace presente por medio de la consagración y no solo como signo, sino real y verdaderamente presente en medio de nosotros como alimento y prueba de su amor.

 

Niña: Cajita: De esta caja sacamos la imagen de Jesús como muestra de la presencia constante de Dios en nuestra vida, la contemplamos y vemos su reverso y descubrimos que Él también se hace presente en nuestros hermanos.

 

Niño: Imagen de niños siguiendo a Jesús: Jesús quiere que todos lo sigamos, por eso debemos de estar atentos para que con nuestro testimonio haya más personas que lo descubran y lo sigan. Terminamos juntos con esta oración.

 

Oración

 

Nos concediste, Jesús, la honra de ser llamados para estar contigo para ser tus discípulos. Nunca nos cansaremos de agradecerte. Tu llamado fue completamente generoso, pero sí nos pediste que estuviéramos totalmente disponibles para dejarnos educar por Ti. Nos ponemos, Señor, en tus manos, con la misma disponibilidad con que Tú lo hacías en las manos del Padre, para que nos conduzcas por los caminos que llevan a la Patria celestial.

 

Sabemos que, para seguirte y estar contigo, tenemos que dejarnos guiar por los buenos consejos de nuestros padres y catequistas, acercarnos a la Iglesia y rezar con devoción y descubrirte, alabarte y bendecirte por tu presencia amorosa en nuestra vida. Amén.

 

Se concluye con el canto:

DIOS ESTA AQUÍ

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