TEMA 3
"REGRESO A CASA"
Objetivo:
Sabernos amados, perdonados y recibidos por Dios sin importar
que tanto nos hayamos alejado.
Oración:
Padre misericordioso quiero estar junto a ti y sin ti nada en mi
vida tiene sentido, te suplico me recibidas nuevamente en tu
casa. Aumenta mi fe, mi amor y mi confianza para seguir acudiendo a ti en mi desánimo y desesperación. Te amo sobre todas las cosas, gracias por nunca apartarte de mí. Amén.
Canto:
Estoy a la puerta, JESED. -LINK
Hecho de vida:
Reflexión 1. Regreso a casa
Ángela se casó en contra de la voluntad de sus padres y se fue con su esposo a vivir a un lejano país, ahí nació su hijo. Su esposo fue un hombre malo e irresponsable y después de varios años murió sin haber dejado nada para ella y su hijo. Con gran dificultad, logró hacer frente a las necesidades básicas de la vida. Los momentos más felices en la vida del niño, fueron cuando la madre lo tomaba en sus brazos y le contaba sobre la casa de su abuelo. Ella le hablaba del hermoso jardín, de las flores, de los árboles, las hermosas pinturas y de las deliciosas comidas. El chico nunca había visto la casa de su abuelo, pero para él, era el lugar más hermoso en todo el mundo.
Ángela y su hijo anhelaban la llegada del día en que regresaran ahí, pero no tenían dinero para viajar. Cierto día, el cartero tocó la puerta y entregó una carta. La mujer reconoció la letra de su padre, abrió el sobre con dedos temblorosos. En su interior había un cheque y una hoja de papel en la que podía leerse sólo tres palabras: “¡Vuelve a casa!”
Así Dios Padre te extiende un llamado para que regreses a casa, Dios extiende sus brazos y nos recibe otra vez, nos da la bienvenida en aquel lugar de descanso, de la vida y del perdón y nos asegura que comprende nuestros pecados, dolores y fracasos y nos concede el milagro de milagros: “Continúa amándonos”
“Habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que vuelve a Dios, que por noventa y nueve justos que no tienen necesidad de convertirse” Lc. 15, 7.
Iluminación:
*Texto Bíblico principal: Jn 8, 1-11 o Lc 19, 1-10
Del Evangelio según Juan 8, 1-11
Más Jesús se fue al monte de los Olivos. Pero de madrugada se presentó otra vez en el Templo, y todo el pueblo acudía a él. Entonces se sentó y se puso a enseñarles. Los escribas y fariseos le llevan una mujer sorprendida en adulterio, la ponen en medio y le dicen: «Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. Moisés nos mandó en la Ley apedrear a estas mujeres. ¿Tú qué dices?» Esto lo decían para tentarle, para tener de qué acusarle. Pero Jesús, inclinándose, se puso a escribir con el dedo en la tierra. Pero, como ellos insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo: «Aquel de vosotros que esté sin pecado, que le arroje la primera piedra.» E inclinándose de nuevo, escribía en la tierra. Ellos, al oír estas palabras, se iban retirando uno tras otro, comenzando por los más viejos; y se quedó solo Jesús con la mujer, que seguía en medio. Incorporándose Jesús le dijo: «Mujer, ¿dónde están? ¿Nadie te ha condenado?» Ella respondió: «Nadie, Señor.» Jesús le dijo: «Tampoco yo te condeno. Vete, y en adelante no peques más.»
Reflexión
• El Evangelio nos relata el encuentro de Jesús con la mujer que iba a ser lapidada. Por su predicación y por su manera de actuar, Jesús incomodaba.
• Los escribas preparan una encerrona. De repente, llegan los escribas y los fariseos, trayendo consigo a una mujer sorprendida en flagrante adulterio. La ponen en preguntan "¿Tú qué dices?" Era una encerrona. Si Jesús hubiese dicho: "¡Aplicar la ley!", ellos hubiesen pensado y dicho: “¡No es tan bueno como parece, porque manda matar a la pobre mujer!” Si hubiese dicho: "No la matéis", hubiesen dicho "¡No es tan bueno como parece, porque ni siquiera observa la ley!" Pero Jesús no se espanta ni se deja llevar por los nervios. Por el contrario. Calmamente, como quien es dueño de la situación, se inclina y comienza a escribir en la tierra con el dedo. Los nervios se adueñan de sus adversarios. E insisten para que Jesús les diga qué piensa. Entonces Jesús se levanta y dice: "¡Aquel de vosotros que esté sin pecado, que le arroje la primera piedra!" E inclinándose volvió a escribir en la tierra. Jesús no discute la ley. Pero cambia el punto del juicio. En vez de permitir que ellos coloquen la luz de la ley por encima de la mujer para condenarla, les pide que se examinen a la luz de lo que la ley les exige a ellos. La acción simbólica de escribir en la tierra lo aclara todo. El perdón de Dios elimina el pecado identificado y denunciado por la ley. Cualquiera que sea.
• El gesto y la respuesta de Jesús derriban a los adversarios. Al final, Jesús se queda solo con la mujer en medio del círculo. Jesús se levanta y la mira: "Mujer, ¿dónde están? ¡Nadie te ha condenado!" Y ella responde: "¡Nadie, Señor!" Y Jesús: "Tampoco yo te condeno. Vete, y en adelante no peques más."
• Este episodio, mejor que cualquier otro enseñamiento, revela que Jesús es la luz que hace aparecer la verdad. El hace aparecer lo que existe de escondido en las personas, en lo más íntimo de cada uno de nosotros. Y la mujer, considerada culpable y merecedora de pena de muerte, está de pie ante de Jesús, absuelta, redimida y dignificada.
-La Sagrada Escritura nos revela el amor de Dios y en los Evangelios Jesús nos da a conocer la gran misericordia del Padre.
Conclusión:
Así como la misericordia de Dios es infinita, hacer que nuestro deseo de volver a Él cada que nos alejamos también sea infinito, estando conscientes de que Su casa es nuestra casa y podemos volver a ella cuantas veces sea, Él hará una fiesta cuando regresemos.
Dinámica
Las huellas.
MATERIAL
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Copias del material anexo de las huellas.
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Lápices
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Mesa con la imagen de Jesús o de la Divina Misericordia.
PROCEDIMIENTO:
1.- Recortar las huellas previamente.
2.- Entregar una de las huellas, junto con un lápiz a cada asistente y pedirle que escriban en ella algo que le quieran ofrecer a Dios.
3.- Posteriormente, mientras se entona un canto, cada uno pasa a dejar su huella en el piso, formando así un camino hacia la mesa que tiene la imagen.
4.- Se termina con una oración.
MATERIAL FOTOCOPIABLE DE HUELLAS (buscarlas al final del tema)
Con el canto, “Oh buen Jesús” -LINK
Compromiso:
Agradecer a Dios su misericordia asistiendo al sacramento de la confesión lo antes posible, idealmente antes de Semana Santa
Oración Final
¿Me oyes Señor?
-Estoy sufriendo horrores
¿Me oyes Señor?
-Líbrame de mis sufrimientos.
¿Me oyes Señor?
-Todo me parece ruin, feo, sin luz.
¿Me oyes Señor?
-Ya no puedo más.
¿Me oyes Señor?
-Sé que la felicidad existe.
¿Me oyes Señor?
Señor, Señor, ¿me oyes?
- Cógeme de la mano.
- Dame Tu luz.
- Muéstrame El Camino.
- Enséñame la puerta.
- Ábreme.
- Ábreme.
Señor, ¿me oyes?
-HE VUELTO A CASA.