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RETIRO DE NIÑOS PARA

LA CONFIRMACIÓN

Junio 2018

          LA IGLESIA NACE EN PENTECOSTÉS,

     ANIMADA POR EL ESPÍRITU SANTO

 

  • ¿QUÉ BUSCAMOS?

 

                                                                             Tomar conciencia de que el Espíritu Santo es el animador permanente                                                                         de la Iglesia.

 

  • MIREMOS LA VIDA

 

                                                                           Tres jóvenes comentan en la reunión de la pequeña comunidad el problema de un sector que está vendiendo droga a los muchachos del sector donde viven. Algunos muchachos han llegado hasta a robar a sus padres y a los vecinos para poder comprarlo.

 

Este problema se discute ampliamente. Opinan todos: jóvenes y adultos. No falta quien diga que es mejor no meterse en eso, pues son cosas muy peligrosas. Al final toman la determinación de actuar. Se distribuyen las responsabilidades: unos van a conseguir cartillas y materiales para traer al grupo con el fin de saber más sobre el problema de las drogas; una señora se ofrece para hablar con los papás de los jóvenes; los muchachos van a dialogar con los que están comprando el droga a ver cómo les pueden colaborar con el problema.

 

Otros van a dialogar con el vendedor para hacerle ver su error y el mal que está causando. También se decidió compartir el problema con otras pequeñas comunidades y con el Equipo de la Parroquia, porque se ve que es un problema generalizado y se puede buscar la forma de atacarlo por todos los frentes.

 

¿Qué problema aparece en la reunión de la pequeña comunidad?

¿Cómo actúan los integrantes del grupo?

En la actualidad, ¿hay algunos hechos semejantes?

 

El hecho anterior nos ayuda a descubrir que la gente que se reúne en pequeños grupos adquiere poco a poco la capacidad para estar atenta a los problemas; surge de esta manera el Espíritu de la solidaridad y colaboración, la conciencia comunitaria. Gracias a este espíritu no solamente se dan cuenta de las necesidades sino que cada uno colabora como puede, para ayudar a sus hermanos/as. No es posible hacer comunidad si no vencemos el egoísmo y la indiferencia, si cada uno trabaja por su lado.

 

Cada persona tiene alguna capacidad que requieren los otros. Es necesario motivar en medio de nosotros la unión, la solidaridad, el apoyo de unos para con otros. Lo hacemos con la fuerza del Espíritu Santo que nos anima a reunirnos, a ser comunidad.

 

En nuestras comunidades también surgen personas que ofrecen aparentemente mejores posibilidades de vida que van en contra de nuestra cultura, nuestros valores y de el mismo sueño de Dios, como son los cultivos de usos ilícitos, la prostitución, el narcotráfico, entre otros. Estas propuestas destruyen la vida fraterna, comunitaria y personal.

 

  •  LA PALABRA DE DIOS NOS ILUMINA

 

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (2,1-4.6.12-14)

 

¿Qué significa la palabra Pentecostés?

¿Qué experiencia tienen los creyentes que estaban reunidos?

¿Qué cambio radical experimentó la primera comunidad de los seguidores de Jesús, con la presencia del Espíritu Santo?

 

 

  • CELEBRAMOS LA FE

 

Llevar en tarjetas suficientes para el grupo los nombres de los siete dones y repartirlos. La parte de atrás escribir el significado de cada don.

 

Se juntan los que han recibido el mismo don y reflexionan sobre su importancia para la vida cristiana y cómo lo podemos vivir hoy.

 

Poner en común y cantar al Espíritu.

 

  • ACTIVIDADES

 

¿Qué fortalezas y debilidades (miedo) descubres en la gente de tu parroquia?

¿Qué fortalezas y debilidades (miedo) descubres en ti?

¿Cuáles son los dones del Espíritu Santo?

 

El Espíritu Santo nos regala muchos dones. Entre los más importantes están los siete siguientes: Sabiduría, entendimiento, consejo, ciencia, fortaleza, piedad, respeto de Dios. (Cfr. Isaías 11, 1-2)

 

 

EN LA IGLESIA CONTINUAMOS

LA MISIÓN DE JESÚS

CON LA FUERZA DEL ESPÍRITU

 

  • ¿QUÉ BUSCAMOS?

                                                                     Tomar conciencia de que como confirmados continuamos en la iglesia, la                                                                         misión de anunciar el Evangelio de Jesús.

 

  • MIREMOS LA VIDA

                                                                    Pedro y Teresa contrajeron matrimonio cuando eran jóvenes. Poco a poco llegaron los hijos y esto fue motivo de gran alegría.

 

Pedro era carpintero. Con esfuerzo y siempre apoyado por su esposa, logró hacer unos ahorró para poder abrir un pequeño taller de carpintería que le permitió trabajar independientemente. El cumplimiento de sus compromisos, el trabajo pulido y esmerado, la preocupación por su comunidad, lo acreditaron como excelente carpintero.

 

Los hijos crecieron y Pedro además del estudio, les enseñó a trabajar con él. El pequeño taller creció con la colaboración de sus hijos.

 

Pasaron los años, Pedro se enfermó gravemente y no pudo estar más al frente de la carpintería. Sus hijos continuaron adelante con el taller, procurando responder a la clientela. Siguieron también el ejemplo de Pedro como un buen servidor de la comunidad.

 

Después de leer y comentar el hecho de vida, responde a las siguientes preguntas:

 

¿Qué hizo Pedro con sus hijos?

¿Qué responsabilidades asumieron los hijos de Pedro cuando éste se enfermó?

 

  • LA PALABRA DE DIOS NOS ILUMINA

 

Lectura del Evangelio de San Mateo (28,16-20)

¿Cuál es el mandato que les da Jesús?

¿Qué les promete Jesús?

¿Cómo podemos traducir hoy, en medio de nosotros, este envío de Jesús?

 

Jesús el hijo de Dios, vino a la tierra a realizar el plan de salvación de su Padre. Con él comienza el Reino de Dios y la Iglesia al servicio de este proyecto. Los llamados, los colaboradores iniciales son la Virgen María, los apóstoles, los discípulos y discípulas. Buena parte de su tiempo Jesús la gastó formándolos en su mismo trabajo apostólico.

 

Después de la Resurrección y Ascensión al Cielo del Señor, el día de Pentecostés la Iglesia se manifestó públicamente ante la multitud en Jerusalén. En adelante, animados por el Espíritu Santo, anunciaron el mensaje de Jesús y fueron organizando poco a poco la iglesia con aquellos que se sintieron llamados a partir con la predicación. En Jerusalén, Antioquia, Samaria, Corinto, Éfeso, Roma, surgieron las primeras comunidades.

 

La Iglesia, nuevo Pueblo de Dios, es el signo-sacramento y el instrumento, mediante el cual el Señor invita a toda la humanidad a la unión íntima con Dios y a la unidad de todos los seres humanos.

 

                                 Por eso, los confirmados como miembros de la iglesia son con su vida y su palabra, voceros                                   de esta invitación. Por otra parte, en la iglesia hay diferentes ministerios y servicios:

 

                                  Los OBISPOS, SACERDOTES y DIÁCONOS son encargados de anunciar la palabra de Dios, de                                        presidir la celebración de los Sacramentos, dirigir y acompañar a las comunidades                                                     cristianas.

 

                                   Los RELIGIOSOS y RELIGIOSAS anuncian con su vida pobre, obediente y casta que Jesús es el                                     verdadero camino de salvación y que su Reino ya ha llegado. Ofrecen a la iglesia un                                                    servicio inspirado en un carisma propio.

 

                                    Los LAICOS/AS, es decir los bautizados pertenecientes al pueblo de Dios, forman parte de la                                     iglesia, sirven como catequistas, animadores de pequeñas comunidades, coordinan las                                          diferentes áreas pastorales, el compromiso social de la comunidad, como padres y madres                                    de familia. Construyen con otros una sociedad justa, forman pequeñas comunidades y                                           grupos, anuncian el proyecto del Reino en su trabajo de todos los días.

 

ORGANIZACIÓN DE LA IGLESIA

 

La palabra iglesia significa “convocación”. Somos, por lo tanto, los convocados por el Señor. Nos reunimos como creyentes y discípulos/apóstoles suyos. La iglesia es la asamblea litúrgica que celebra la Eucaristía. La comunidad de cada lugar: diócesis, parroquia, comunidad de base o pequeña comunidad y toda la comunidad universal de los creyentes. La iglesia vive de la Palabra y del Cuerpo de Cristo y de esta manera viene a ser ella misma Cuerpo de Cristo.

 

Las pequeñas comunidades o grupos que se reúnen en cada vecindario se encuentran periódicamente para conversar sobre sus problemas, leer la palabra de Dios, apoyarse y animarse en la fe y en el seguimiento de Jesús, celebrar su presencia. En algunas partes reciben el nombre de CEBs, Comunidades Eclesiales de Base. En nuestra Diócesis todavía se llaman GRUPOS DE FAMILIAS.

 

La PARROQUIA: generalmente se trata de un grupo de creyentes en un territorio determinado, por ejemplo un barrio. Ésta busca llegar a ser una COMUNIÓN DE PEQUEÑAS COMUNIDADES. En ella se acompaña la formación cristiana y se celebran los sacramentos. Está presidida por un sacerdote que recibe el nombre de PÁRROCO, nombrado por el obispo. En ocasiones tiene la ayuda de otros sacerdotes, también nombrados por el obispo. El trabajo pastoral abarca la atención a las diversas necesidades y situaciones: salud, educación, problemas sociales, pero especialmente el anuncio del Reino mediante la Nueva Evangelización.

 

Existen grupos comprometidos como: Catequistas, grupos juveniles, COPPAS, Movimiento Juan XXIII, Legión de María, Infancia Misionera, Grupos de familias, Devotos del Nazareno o del Divino Niño o de la Virgen del Carmen, etc. Todos los grupos son iglesia.

 

                                                                  La DIÓCESIS o IGLESIA PARTICULAR está conformada por muchas parroquias.                                                                    El obispo, nombrado por el Papa, es su pastor, su principio y fundamento                                                                          visible de unidad. El obispo, sucesor de los Apóstoles, anuncia la Palabra,                                                                           santifica y dirige la iglesia de su Diócesis. Los obispos forman un colegio                                                                             episcopal cuya cabeza es el Papa.

                                                                 La iglesia universal es todo el pueblo de Dios. El obispo de Roma, que es el                                                                           papa enseña y coordina a toda la Iglesia Católica, visita los países, se reúne                                                                       con los obispos para cumplir su tarea de evangelización. Confirma en la fe a                                                                     sus hermanos y hermanas y une en solidaridad a todas las iglesias particulares.

 

  • REALIZACIONES

 

  • El papa se llama:

  • El obispo de Teotihuacán se llama:

  • Tu parroquia se llama:

  • Tu párroco se llama:

  • ¿En tu barrio hay grupo de familia? ¿Cómo se llama? ¿Quién es su coordinador/a?

 

  • CELEBREMOS LA FE

 

Oramos por nuestra Iglesia:

 

Tú quieres que vivamos unidos en comunidad

 

Señor, Tú nos llamas a vivir en comunidad

y quieres que edifiquemos la comunidad;

nos quieres en comunión con otros,

no para ser más fuertes ni para servirnos de ellos,

sino para ser nosotros mismos y para servir.

 

La comunidad es fuerte si se anima,

la comunidad es verdadera si ama,

la comunidad es santa si cada uno es santo,

la comunidad existe para el servicio,

la comunidad existe para la misión.

 

La comunidad es encontrarse

con los otros en el Señor,

es orar y vivir con ellos en unidad,

es dar signos de esperanza porque espera.

Sólo así podremos anunciar al Señor,

a aquellos que a duras penas lo conocen.

 

Rezando juntos, bromeando juntos.

Una comunidad es

un grupo de personas que rezan juntas,

pero que también hablan juntas;

que ríen en común e intercambian favores;

están bromeando juntos

y juntos están serios;

están a veces en desacuerdo,

pero sin llenarse de ira.

 

Aprenden algo unos de otros

o lo enseñan unos a otros.

Echan de menos, con pena, a los ausentes.

Acogen con alegría a los que llegan.

Hacen manifestaciones de cariño y de fiesta,

chispas del corazón de los que se aman,

expresadas en el rostro, en los ojos,

en mil gestos de ternura. Es el lugar

donde varios, al fin, no son más que uno.

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